Proponen Plan Especial de Desarrollo Sustentable para la Región de la Selva Lacandona
Ante la acelerada deforestación y el despojo de tierras a 200 familias de indígenas lacandones, crecen las voces de alerta sobre la situación que viven las siete Áreas Naturales Protegidas (ANP), de la Selva Lacandona con 419 mil hectáreas de conservación.
Las ANP son Reserva de la Biosfera Montes Azules, Reserva de la Biosfera Lacan-Tún, Área de Protección de Flora y Fauna Chan-Kin, Área de Protección de Flora y Fauna Metzabok, Área de Protección de Flora y Fauna Nahá, Monumento Natural Bonampak y Monumento Natural Yaxchilán.
Estas reservas ecológicas, principalmente Montes Azules, se encuentran amenazadas por construcciones no autorizadas, incendios forestales, asentamientos humanos, cacería ilegal, y extracción ilícita de maderas preciosas, que ponen en riesgo la integridad ecológica de los territorios y el sano desarrollo de su población.
La región de la Selva Lacandona es también una zona de alta marginación social en la que habitan indígenas y campesinos en condiciones de pobreza extrema, con una población infantil y juvenil creciente que demandará empleos e ingresos en muy pocos años, y que dependen de la conservación a largo plazo del ecosistema.
A lo anterior, se suman los compromisos internacionales que tiene México como el Convenio Sobre la Diversidad Biológica, los acuerdos en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático, y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), entre muchos otros, que obligan a la conservación de especies emblemáticas como la guacamaya roja y el jaguar.
Recientemente, en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, la senadora Alejandra Lagunes, presentó una propuesta de punto de acuerdo para exhortar a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Secretaría de Bienestar y Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), a fortalecer las áreas naturales protegidas de la región y garantizar la calidad de vida de la población.
El planteamiento es poner en marcha un “Plan Especial de Desarrollo Sustentable para la Región de la Selva Lacandona”, que sea integral e incluyente, que defina fechas específicas de acción, a corto, mediano y largo plazo, que permita combatir la pobreza, superar las desigualdades sociales, generar nuevos ingresos y empleos dignos.
Además de que concilie la conservación de los ecosistemas naturales con las actividades productivas sustentables e incremente las capacidades económicas y sociales locales, en el marco del respeto a los derechos humanos; y atiendan puntualmente los ilícitos ambientales que se cometen dentro de la Selva Lacandona.
Con información de: excelsior.com