Latina dejó una carta antes de matar a sus tres hijos y ahorcarse
“Lo siento, Pedro, me llevo a mis hijos”, escribió Sonia Loja en una carta a su esposo Pedro Panjón antes de estrangular a sus tres niños y ahorcarse en su hogar en Danbury (Connecticut), donde además cuidaba niños ajenos sin tener licencia para ello.
Loja, inmigrante ecuatoriana de 36 años, había luchado durante mucho tiempo contra la depresión y había estado llorando durante días por el cierre de su negocio ilegal de cuidado infantil, dijo al New York Post una prima de su esposo, Digna Naulaguari (47).
Loja sufría de depresión, que no había sido tratada porque no tenía seguro de salud y era “demasiado caro ir al médico”, afirmó Naulaguari.
El esposo no vio signos de la tragedia que se avecinaba y sólo se dio cuenta de que algo podría estar mal cuando llegó a casa del trabajo el miércoles y ninguno de los niños salió corriendo a saludarlo como de costumbre, dijeron los familiares.
“Me siento terrible”, afirmó Panjón ayer, hablando brevemente en español afuera de la casa de la familia en 10 Whaley Street, donde los dolientes ya habían dejado un memorial improvisado con fotos, velas y globos. “No había nada malo en cómo actuaba Sonia” antes de la tragedia, agregó.
Según su prima, cuando Panjón llegó a casa el miércoles encontró que la puerta estaba cerrada con llave, algo que nunca sucedía allí. “Cuando los niños no salieron… ahí fue cuando se le rompió el corazón”, porque sintió que algo debía andar muy mal, dijo la pariente.
Panjón, que trabaja como paisajista y carpintero, entró corriendo a la cocina, dejó su lonchera y vio la nota de suicidio de dos páginas, explicó su prima.
“La carta decía: ‘Lo siento, Pedro, me llevo a mis hijos’”, afirmó Naulaguari. “No leyó nada más, apartó la carta. Todavía no lo ha leído” por completo.
Luego corrió a una habitación, donde encontró a su hijo de 12 años, Junior Panjón, en el piso y a su hija Joselyn (10) en la cama, ambos con cables, posiblemente eléctricos, alrededor del cuello. “Le quitó los cables, con la esperanza de escuchar vida, pero ya era demasiado tarde”, narró Naulaguari.
El niño más pequeño, Jonael (5), estaba en otra habitación, también con un cordón alrededor del cuello. El padre angustiado llamó a la policía cuando no pudo encontrar a su esposa, pero un despachador estaba teniendo dificultades para entenderlo, por lo que salió al patio para pedir ayuda a un vecino y se desplomó en el suelo. Luego fue llevado a un hospital.
Los oficiales que respondieron aproximadamente a las 6:33 p.m. del miércoles encontraron a Loja colgada en el cobertizo del patio trasero, cerca de un juego de columpios y juguetes que habían sido utilizados por los niños en su guardería ilegal. Sus recientes problemas por su negocio ilícito, que le valió dos citaciones el mes pasado, exacerbaron su condición mental, dijo la prima.
El lunes, Loja llamó a su hermana en el condado de Westchester para decirle que no había dormido en días porque estaba “bajo mucho estrés”, dijo Naulaguari. La hermana prometió visitarla este fin de semana con otros miembros de la familia. “Dos días después, ya no estaba”.
“Ayer por la mañana (miércoles), justo antes de las 10, un tipo vino a dejar a su hijo y ella llegó a la puerta y dijo: ‘No, lo siento, no puedo verlo hoy’”, comentó el vecino Elvis Espinal al New York Post. “Había llamado a todos los demás padres de los niños que ella cuidaba (…) para decirles que no vinieran ese día”.
La Oficina del Médico Forense del estado Connecticut confirmó la causa de la muerte de Loja como suicidio por ahorcamiento, informó el diario Hartford Courant.
Con información de: agencias.com