Viernes adaptado a restricciones por virus en el mundo
Los cristianos conmemoran la crucifixión de Jesús sin los solemnes servicios eclesiásticos o las emotivas procesiones de años pasados, sino con un Viernes Santo en un mundo aislado por la pandemia del coronavirus.
El canto de un pequeño grupo de clérigos al interior de la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén se escuchaba tenuemente a través de las pesadas puertas de madera, mientras algunas pocas personas se detuvieron y arrodillaron afuera para orar.
La iglesia centenaria, construida en donde los cristianos creen que Jesús fue crucificado, enterrado y resucitó de la muerte, suele estar atiborrada de peregrinos y turistas.
Después, tres monjes en sotanas marrones y mascarillas quirúrgicas azules oraron en las estaciones de la cruz a lo largo de la Vía Dolorosa, la antigua ruta a través de la Ciudad Vieja en donde se cree que Jesús cargó la cruz antes de que lo ejecutaran los romanos. Bordea una docena de tiendas, cafés, restaurantes y hoteles, prácticamente todos cerrados.
En tiempos normales, decenas de miles de peregrinos del mundo recorren los pasos de Jesús en la Semana Santa que culmina con la Pascua. Sin embargo, este año se suspendieron vuelos y los sitios religiosos en Tierra Santa están cerrados en un intento de las autoridades por tratar de evitar la propagación del virus.
James Joseph, un peregrino cristiano de Detroit apodado ‘el tipo Jesús’ porque usa sotanas y anda descalzo, vive cerca de la iglesia del Santo Sepulcro. La mañana del viernes, tenía la plaza para él solo. Dijo que el Viernes Santo tiene un significado especial este año.
Con información de: excélsior.com