Juarense supera el coronavirus en Denver, en medio de una fuerte depresión
Dolores Hernández, originaria de Ciudad Juárez, quien fue contagiada de COVID-19 y tuvo que ser internada en Denver, Colorado, superó la enfermedad en medio de un fuerte cuadro de depresión que por momentos la llevaron a pensar en que iba a morir.
Dolores, de 54 años de edad, ingresó por la puerta de la sala de urgencias a un hospital en Denver con fuertes complicaciones médicas como la imposibilidad de respirar, aunque relata que nunca perdió la fe y aduce a la misma el “milagro” de su recuperación.
Aislada completamente durante cinco días en el nosocomio, la juarense sufrió de angustia al no saber a ciencia cierta qué le ocurriría, ya que el pánico la abrazó y pensó que perdería la vida, “pero todos los días le pedí a Dios por mi recuperación”, cuenta entre sollozos.
De hecho, Dolores Hernández que los doctores hablaban con ella por medio de una ventana y le aplicaron un tratamiento contra el COVID-19 “que les acababa de llegar”, según le dijeron, ya que únicamente tenía contacto con una enfermera que le llevaba alimentos diariamente.
Unido a la gravedad de haber contraído coronavirus, se arrastró la depresión que ella padecía de meses atrás, lo que bajó sus defensas y preocupó aún más a los médicos que se dieron a la titánica tarea de rescatar a dolores de esa tristeza.
“Tenía mucho miedo, mucha angustia, sobre todo porque me sentenciaron que, durante el tiempo que permaneciera hospitalizada, no podría entrar nadie al cuarto” y así fue, ya que, como se dijo anteriormente, hasta los doctores le daban noticias sobre el avance de su estado por medio de una ventana y, salvo la aplicación del medicamento, no veía a nadie durante el día ni la noche.
Aún y con su franca recuperación y ya en casa, todavía no le permiten establecer contacto con la gente, de tal forma que su esposo y su hijo la ven a través de la ventana, sin ingresar a su habitación, pero ahora el panorama es diferente, es alentador y ya “de salida” de ese infierno, como ella misma le considera.
Dolores Hernández insiste en que fue un milagro de Dios, pues su precondición médica, al padecer diabetes tipo 2 y ser hipertensa, logró vencer al COVID-19, aunque la etapa difícil no ha sido superada, pues su esposo, de nombre Lauro, también dio positivo al coronavirus, aunque no ha mostrado complicaciones y, hasta el momento, permanece en cuarentena domiciliaria, confiando en que no trascienda a nivel de gravedad.
Por último, cabe resaltar que Dolores no ha obtenido el alta definitiva y tendrá que acudir a cita médica este viernes 17 de abril para una valoración de seguimiento, pues continúa respirando por medio de un ventilador de oxígeno, pero con la esperanza de que la próxima prueba arroje un resultado negativo.