Crean condón antiviolación que muerde miembro del agresor
México.- A nivel mundial, el 35% de las mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, o por otra persona sin tener ningún vínculo emocional, esto de acuerdo a datos de la ONU Mujeres. Asimismo, menos del 40% de las víctimas buscan ayuda después de ser agredidas, y menos del 10% de quienes lo hacen van a denunciar.
La doctora Sonnet Ehlers, quien trabaja desde 1967 con víctimas de violación en Sudáfrica, inventó el Rape-aXe, un dispositivo antiviolación en un intento de reducir las tasas de agresión en su país y en otras partes del mundo. Este artefacto ha causado mucha polémica desde su creación, pero ya puede ser adquirido bajo pedido y a un precio muy accesible.
¿Qué es el Rape-aXe, el dispositivo antiviolación que muerde?
El Rape-aXe es un dispositivo de látex que se inserta en la vagina como si fuera un condón o tampón. Tiene unas puntas de plástico que atrapan el pene del violador y lo envuelven de tal manera que si intentan sacarlo solo rasgarán el genital, hasta desangrarse.
Según su creadora, este dispositivo solo puede ser retirado por profesionales de la salud. Con esto se podrá señalar, con más veracidad, al agresor, al mismo tiempo que protege a la víctima de enfermedades sexuales, pues tampoco se puede romper. Mientras el sujeto está preocupado por lo que se le acaba de adherir, la persona agredida tendrá tiempo para ponerse a salvo.
Sin embargo, tras darse a conocer el Rape-aXe, las opiniones no han sobrado. Muchos aplauden el invento, pues lo consideran una protección para las mujeres. Otros creen que los violadores pueden demandar a las víctimas por agresión contra su miembro. Algunos más consideran que algunas personas “locas” pueden usarlo para acusar injustamente a un hombre de violación.
¿Cómo surgió la idea de Rape-aXe, el dispositivo antiviolación?
En 1969, una paciente de la doctora Ehlers que acababa de ser agredida sexualmente le dijo temblando y con lágrimas en los ojos: “si tan solo tuviera dientes ahí”.
Desde esa noche, no ha podido olvidar esas palabras y le prometió que algún día haría algo para ayudar a las mujeres en su misma situación. Después de años de investigación, creó este dispositivo para que existan menos víctimas de abuso sexual y aquellas que pasen por ese desagradable momento puedan denunciar con pruebas.
Al inicio del proyecto, en 2010, Sonnet vendió su casa y coche para financiarlo y poder donar más de 30 mil dispositivos en Sudáfrica. Trabajo de la mano con técnicos, ginecólogos y psicólogos para asegurarse que era funcional.