Advierte CJNG a rivales: no se metan con sacerdotes
“Por este medio me comunico con todos los cárteles para invitarlos a que la guerra sea entre nosotros y no meternos con quien no nos debemos de meter, no meternos con ninguna religión ni con pastores o seguidores, especialmente con los católicos, no molestar a los sacerdotes cómo se ha estado viendo últimamente”, dice un hombre.
“Creo ellos se merecen un respeto especial, son personas que solamente se dedican a dar la palabra de Dios y ayudar a quien lo necesitan, respetar su medio de transporte, cuando los paren no molestarlos ni mucho menos golpearlos como se ha estado viendo últimamente, los invito a no molestar a los doctores, enfermeros y maestros que van hasta las rancherías y pueblos, dejarlos hacer su trabajo ya que mi cártel no se mete con ninguna religión, no molestemos doctores ni maestros”.
En el video aparecen sujetos armados con fusiles calibre 7,62 y 50, de los llamados Barret, y vestidos de negro.
Al finalizar la grabación de un minuto se escucha: “Atentamente Mencho Oseguera (Nemesio Oseguera, líder del CJNG) nosotros somos gente con la gente”.
El 20 de junio, los sacerdotes jesuitas Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80, asentados por décadas en la Sierra Tarahumara, fueron asesinados en su parroquia tras asistir a un guía de turistas que era perseguido por José Noriel Portillo, “El Chueco”, líder de una célula del Cártel de Sinaloa.
Luego, el 3 de julio, el sacerdote Mateo Calvillo Paz fue atacado a golpes cuando entraba en su vehículo al Municipio de Queréndaro, ubicado aproximadamente a 45 kilómetros de Morelia, Michoacán.
El propio cura católico, encargado de la Comisión de Evangelización en Radio y Televisión de la Arquidiócesis de Morelia, fue quien relató en una carta que el ataque, del cual culpa a un sicario de la región, ocurrió en aproximadamente tres minutos.
“Fue un ataque profesional, me bloquearon el carro, me agredieron a golpes. El agresor debió ser un sicario, aunque no me presentó su credencial”, narró en su carta.
Ambos hechos causaron la indignación de la Iglesia.
Con información de: reforma.com