Juan Gabriel “pone lo joto y lo naco en el centro”, dice ahora Nicolás Alvarado
En contraste, Pável Granados consideró al cantautor como “el depositario sentimental, es en quien los mexicanos o muchos mexicanos leemos nuestra autobiografía”.
Los escritores Nicolás Alvarado y Pável Granados opinan distinto sobre el significado, trayectoria y legado que deja Juan Gabriel a México, tras su muerte el pasado 28 de agosto.
En entrevista para Aristegui CNN, el ahora ex director de TV UNAM insistió en demostrar que no le gusta la música del “Divo de Juárez”, a quien equiparó con la Virgen de Guadalupe u Octavio Paz, pues “tienen la misma importancia, esos son los íconos culturales, pero se vale disdentir de ellos”.
Citó a Carlos Monsiváis al decir que Juanga “es el hombre que pone lo marginal en el centro”, y a partir de ello él consideró que el cantautor “pone lo joto en el centro”, “pone lo naco en el centro”. Agregó que ambas palabras han sido apropiadas por las comunidades marginadas para reivindicar una identidad que resulta marginal y despreciable.
Alvarado afirmó que la traducción de joto es “camp” y que Susan Sontag hizo un ensayo en el que “habla de la teatralización de la identidad homosexual como estrategia de defensa y que Juan Gabriel salía a decir yo joteo ¿y qué?, me visto de lila ¿y qué?, soy amanerado ¿y qué?, soy melodramático ¿y qué?“.
El también columnista y comentarista cultural comparó a Juanga con el pianista, actor y cantante Liberace, “un señor que ponía candelabros en el piano, que se ponía lentejuelas, que tocaba los changuitos y que como era un pianista de un talento extraordinario hacía rabiar a las multitudes, ese es el papá de Juan Gabriel”.
Ídolo popular: Granados
En contraste con las opiniones de Alvarado, el escritor Pável Granados, especialista en temas musicales, autor de la biografía de Agustín Lara, dijo que Alberto Aguilera es un “ídolo popular” pero “no es ni un fenómeno religioso, como la Virgen, ni tampoco es el de un prestigio intelectual digamos”.
En cambio, lo equiparó con José Alfredo Jiménez y Agustín Lara, pues fue “alguien que leyó la sensibilidad de los mexicanos, alguien que supo ser el espejo, el reflejo de dos o tres generaciones, yo diría que es el depositario sentimental, es en quien los mexicanos o muchos mexicanos leemos nuestra autobiografía pero también ahora viéndolo ya como desde el punto de vista continental yo diría que es más allá más allá que eso, alguien que está adentro de la comunidad de hispanohablantes”.
Agregó que incluso el presidente de EU, Barack Obama, expresó en un comunicado su pésame por la muerte de Juan Gabriel, destacando la importancia de su música en Estados Unidos.
Pável opinó que el autor de “Amor Eterno” es algo más que el “antimacho mexicano”. Sobre los conceptos “naco” y “joto” puestos en la mesa por Alvarado, consideró que aunque efectivamente sectores marginales se los han apropiado como defensa, pero en su origen“tienen otra historia que tiene que ver con la discriminación” y “son dos términos que debemos pensar que se pueden usar de manera ofensiva”. Rechazó que “camp” sea la traducción de joto, pues “lo camp, es de algún modo la lectura irónica de la cultura, es como dar por hecho que lo ingenuo y lo accesorio son cosas completamente conscientes del artista”.
En lo relativo a naco, Pável también citó a Monsiváis al recordar que naco “es la lectura en clave racista de una cultura”, y aunque ambos términos se han utilizado como bandera por los sectores aludidos, “esto fue posterior”. Y rechazó el concepto de que Juanga retó al establishment, pues “yo creo que Juan Gabriel no se asume a sí mismo como alguien que es portador del mal gusto, por el contrario, yo creo que es desde su punto de vista una persona que está leyendo de manera muy personal y muy sincera sus propios sentimientos”.
Admitió que aunque puede haber coincidencias con Liberace y Juan Gabriel, el primero no es el antecedente del compositor mexicano. Más bien, lo ubicó como la continuación de “una tradición” que, como destacó Juan Villoro, da continuidad a la obra de José Alfredo, de Consuelo Velázquez. Aseguró que con el tiempo se irá estudiando de forma amplia su gran repertorio que aunque se ve sencillo “tiene muchas claves para leer a nuestra sociedad”.
Con información de: aristegui.com