CALIBRE POLÍTICO… COLUMNA

EXPEDIENTES. – En la recta final del mandato de Javier Corral, los Expedientes X continúan siendo el eje central de su gobierno y ahora surgen más nombres de quienes habrían sido parte de la red de corrupción del exgobernador César Duarte, entre los que siguen figurando parralenses.

NÓMINA. – Siempre lo ha negado e, incluso, donde no le han preguntado, se encarga de aclarar que nada tuvo que ver, pero volvió a mencionarse el nombre de Karina Velázquez, ex presidenta del Congreso del Estado, ex diputada federal y ex dirigente estatal del PRI, a quien el testigo protegido más famoso de la operación Justicia para Chihuahua, acusó de haber recibido dinero de su padrino político, algo que ya todos sospechaban, pero que la aludida continúa negando.

CANDIDATA. – Otro nombre que se ventiló y del que ya había antecedentes, es el de Graciela Ortiz, quien ha formado parte de los famosos expedientes X desde un principio, cuya carpeta siempre ha estado en el escritorio de Javier Corral, todavía antes de aceptar ser la abanderada del PRI, Chela visitó personalmente al gobernador en su despacho en Palacio de Gobierno para recibir la bendición o, de plano, para no entrarle.

DUARTISTA. – Es obvio que Ortiz González niegue todo. ¿A poco esperaban que aceptaría haber recibido dinero de Duarte? Recordemos que la ex senadora fue secretaria general de Gobierno de César. Es decir, también fue Duartista por un tiempo, aunque trate de omitirlo en su currículum. El pacto que hizo Chela con Corral le ha permitido flotar sobre los Expedientes X, pero no la libra de que, en alguna confesión de algún testigo u otro implicado, la delate. Claro, ella está en su derecho de defenderse y seguir negando.

NOMBRES. – Otra aludida es Teokali Hidalgo, ex dirigente del Comité Municipal del PRI en la capital y ex subcoordinadora de campaña de Alex Domínguez cuando éste fue candidato a la Presidencia Municipal de Chihuahua y que perdió contra Maru Campos. Y entre más le escarban más nombres aparecerán, si se habla de mil millones de pesos dispersados entre priístas, la mayoría, pero también a panistas, verdes, naranjas y perredistas, sin omitir a sacerdotes y periodistas. Todo un batidero, pues. A propósito, ¿ya se olvidaron de Cruz Pérez Cuéllar porque no llegó a la candidatura a la gubernatura?

DIANA. – En temas más locales, la que le copió la estrategia a Miguel Jurado Prieto fue Diana Loya, candidata a diputada local por el PAN, al emitir su propia cuponera para hacer efectivos algunos beneficios en el negocio de venta de celulares de su propiedad. Y es que resulta que el abanderado priísta a la alcaldía, también cuenta con una, pero a diferencia de la de Diana, la de Miguel es válida en, al menos, una decena de establecimientos.

DESUNIDOS. – La candidatura de Sol, como le dicen sus amigos a Loya Chavira, trae desunido al panismo parralense que no ve con buenos ojos que, al estilo de los Aguilar con el PT, los Gutiérrez hayan convertido en un negocio familiar al partido blanquiazul, pues nomás faltó Víctor para completar el cuadro de las candidaturas, si no es porque se les atravesó Humberto Olivas.

LLENADERA. – Con la hermana y la esposa de candidatas, y otro hermano en la nómina estatal, el ex presidente de la Junta de Aguas mantiene el control de una parte del PAN, aún y cuando perdió la otra parte debido a los escándalos personales con Tere Arteaga, misma que opera en contra de Diana y, aunque no apoyen a otro candidato a diputado, buscan asegurarse de que Loya no llegue, aunque no es que necesite mucha ayuda, si nomás no logra hacer click ni con los panistas ni con la ciudadanía, pues eso de darse baños de pueblo no se le da.

HERMANO. – Al que no se le entiende bien a bien cuál es su juego, es al hermano de Diana, suplente de Chava Calderón en la búsqueda por la alcaldía bajo las siglas del PES y al que le endosan el haber dejado a Max Nevárez vestido y alborotado como candidato morado a diputado local, para luego bajarlo sin decir agua va, pesando más la recomendación de Juan de Dios que la de José Luis Sosa. Dicen que la intención del Inge Loya era ponerle un rival débil a su hermana, al menos para que tuviera uno menos de quien preocuparse.

COMPETENCIA. – Los punteros en la competencia por el Distrito 21, según las encuestas, serán Edgar Piñón y Amín Corral, aunque a este último le tienen guardadas un par de supuestas violaciones a los derechos humanos que defiende para otros, pero que no aplica para sí mismo, emulando el dicho de que “en casa de herrero, cuchara de palo”. ¿Será?

VOTOS. – Alguien le vendió la idea a Amín de que, ganando Parral, asegura la curul en el Congreso del Estado, que no se preocupara por los municipios. Y es que se basan en los 29 mil votos con los que ganó Parga, con la gran diferencia de que él compitió con la alianza PAN-MC y la gran mayoría de los sufragios fueron azules, no naranjas, pero ahora sí hay candidata panista y Corral Shaar está mal asesorado si piensa que con la capital del mundo le alcanza, pues si bien es cierto que representa más del 60% de la votación, habría que suponer que el 100% de los parralenses votarán por él. A eso habría que descontarle además que “el profe” ya se fue al PAN.

PIÑÓN. – Aunque Edgar Piñón no se ha dormido en sus laureles y ha emprendido una gira por los 14 municipios del Distrito 21 y hasta paletas de hielo ha ido a comprar a Santa Isabel, tampoco puede creerse eso de que con los 20 mil votos que llevaron a Betty Chávez a ser diputada local plurinominal, le alcanzarán a él para repetir la osadía, pues ella compitió contra el propio PRI al enfrentarse en campaña con Alfredo Salayandía y Rafael Montoya, quienes, en conjunto, le arrebataron casi 10 mil votos con los que le hubiera ganado a Parga, aunque el hubiera no existe.

DISTRITO. – Piñón Domínguez ha descuidado la parte de la operación cicatriz y, aunque en un principio buscó sin éxito reunirse con la aún diputada, tampoco es que se haya esforzado mucho por insistir, subestimando que Betty tiene bien trabajado el Distrito 21 y, aún después de no haber logrado la candidatura para reelegirse, ha seguido demostrando su capacidad de convocatoria entre desayunos y entregas de apoyos, en lugar de haberle bajado al ritmo y terminar su periodo como legisladora sin mayores aspavientos. En fin, son los errores que le pueden costar a Edgar el triunfo.

DIPUTACIÓN. – Con el PAN inconforme con la designación de Diana Loya; Movimiento Ciudadano sin los votos de Parga ni los de los panistas, y el PRI dividido, ninguno puede venderse como puntero. Entre los otros 13 municipios está una tercera parte de los votos para ganar, algo así como el 35% que pueden ser muy buen colchón para sumar a los de Parral como cabecera, a menos que los candidatos no lo sepan, ahí está el dato.

EMISARIAS. – Dos presidentas seccionales que le cumplieron a Pedro Villalobos su lealtad hasta donde topara y que fueron correspondidas con una regiduría en el PES con todo y la suplencia, hacen las veces de emisarias de ataques contra priistas, de tal forma que Angélica Salazar, suplente de Eriselda Pérez en la planilla morada, se ha encargado de denostar contra quienes se quedaron en el PRI sin recato alguno, con lenguaje que da pena ajena reproducir, sin darse cuenta que queda más mal el que denosta que a quien alude.

INFILTRADOS. – Por cierto, al interior del PRI ahora deben cuidarse más de los infiltrados de Pedro, que de los de Lozoya, pues resultan más peligrosos los simuladores que los dolidos ex independientes. Al menos, estos últimos han demostrado trabajo a favor del proyecto Juradoprietista, pero los que se dicen priístas y no superan que Villalobos no haya sido el candidato, andan de “lleva y trae”. Los nombres ya están muy quemados como para repetirlos.

JÓVENES I. – Pasando Semana Santa habrá nuevo líder de la Red Jóvenes Por México en el PRI de Parral, posición en la que está más que amarrado, con ya lo habíamos adelantado en esta columna, Paul Gutiérrez, hijo de Chuma, el suplente de Vicencio Chávez en la Sindicatura. El fotógrafo ya se había estrenado con una reunión en precampaña con un centenar de chavos que escucharon a Miguel Jurado Prieto.

JÓVENES II. – Paul habrá de rendir protesta el 8 de abril ya como dirigente juvenil local tras la salida de Jesús Ortiz de este sector, en el que se aplicó la máxima de que, en política, los espacios vacantes son ocupados de inmediato, además de que el joven Gutiérrez fue quien organizó la entrega de reconocimientos a deportistas parralenses que han destacado nacional e internacionalmente, evento que tuvo como figura principal al Chino Rodríguez, medallista olímpico.

JMAS. – La Junta Municipal de Agua y Saneamiento ha continuado brindando un muy deficiente servicio en cuanto a hacer llegar el vital líquido a los domicilios, con todo y el aumento constante de las tarifas ante las cuales, a los usuarios no les queda más que apechugar, porque reclamar ha servido de muy poco. El argumento de Víctor Gutiérrez para justificar los incrementos, además de echarle la culpa a César Duarte, fue que salía muy cara la electricidad para asegurar el abasto, y aunque “el licenciado” ya no está al frente, está claro que nunca se cumplió eso de mejorar la distribución.

DESABASTO. – Cuando no es por mantenimiento del equipo de bombeo, es por descompostura o por una fuga, el caso es que nunca, literal, nunca llega regularmente el agua a las casas, pero eso sí, lo que no falta son los recibos y los desmedidos aumentos. Lo único rescatable de la situación es que hace ya casi un año están suspendidos los cortes. ¡Ya estaría de más! Aunque no es porque en la JMAS sean buenas gentes, sino porque la pandemia obligó a tomar tal medida.

MILLONES. – Nadie ha pasado de las buenas intenciones para solucionar la problemática del agua en la ciudad, al cabo que prometer no empobrece, sino basta recordar los 20 millones de pesos que ofreció inyectar el hoy candidato a gobernador, Alfredo Lozoya a la Junta de Aguas para acabar con el desabasto. ¿Será porque sabía que Gobierno del Estado no lo tomaría en serio? No era necesario que “le soltaran” la JMAS para enseñarles cómo se administra, como presumió. Siendo presidente municipal pudo haber gestionado y presionado para que le aceptaran los recursos, pero no pasó de la estridencia del momento.

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