Crónica de como “El Gordo Santana” asesinó a José Granados en el baño de una vivienda; creyó que era militar
- Por una cadena y una placa que el hoy occiso colgaba a su cuello el día de los hechos, el “Gordo Santana” creyó que era militar.
- Testigos “protegidos”, fueron obligados a envolver el cadáver con bolsas y cinta.
- El “Gordo Santana” vendía marihuana desde hace un mes y medio.
- Drogas, armas, alcohol, y fiesta, entorno de los presuntos.
Parral.- Luego de la audiencia de vinculación a proceso celebrada el martes en las salas penales bajo la causa penal 276/2016, y donde, el juez vinculara al “Gordo Santana”, fueron ventilados detalles de cómo se cree ocurrieron los hechos el pasado 28 de octubre por la madrugada.
En base a las declaraciones de dos testigos protegidos y otro más, se conoció que el 27 de octubre por la noche y primeras horas del 28 de octubre, el “Gordo Santana”, su hermana, otras personas y el joven José Enrique Granados Márquez, coincidieron en el bar conocido como la Doña en esta ciudad, lugar donde convivieron, ingirieron bebidas embriagantes y se “divirtieron”; posterior a que la negociación cerrara, la mayoría de ellos se fueron a un terreno que se ubica en las fuentes primera etapa, cerca de la negociación Monsters Wings donde continuaron consumiendo bebidas embriagantes.
En dicho lugar y luego de convivir por algunos momentos, las personas se trasladaron a un taller del “Gordo Santana”, mismo que se ubica en las calles Río Grijalva y Lago Maracaibo de la colonia la Peña.
En dicho lugar y posterior a algunos momentos, el joven José Granados iría al baño, sin embargo y según la declaración de los testigos, se equivocó de puerta e ingresó a un área de la vivienda que colinda con el taller en donde se encontraban, lo que inmediatamente causó enojo del Gordo Santana y ordenó a dos de sus allegados, “El Águila y ha Esaú” que lo sacaran de dicho lugar, al parecer era la cochera de la vivienda.
Sin medir palabras, el “Gordo Santana” inmediatamente propinó un puñetazo al hoy occiso, posteriormente, entre los tres comenzaron a golpearlo en repetidas ocasiones, incluso, a darle patadas en la cabeza, seguidamente y por la agresión, dicha parte del cuerpo chocaba contra la pared, asimismo lo amenazaron con una daga colocándosela en el cuello, pero en dicho momento no fue cuando victimaron al joven.
Luego de la brutal golpiza, algunos testigos pidieron a los agresores que pararan, seguidamente le abrieron la puerta del taller al hoy occiso y le pidieron que se retirara del lugar a la brevedad posible, sin embargo, este optó por no irse y pedir disculpas, en dicho momento, a pesar de que intentaron ayudarlo otras personas y no retirarse, el águila junto con el “gordo”, lo meten a la fuerza y volvieron a cerrar el taller.
Una vez todos los presenciales de nueva cuenta en el taller, José se dirigió al baño para limpiarse la sangre que tenía derivado de la brutal golpiza, en el baño José le pedía perdón al Gordo, “Vas a valer verga pinche Guachito”, le respondió el Gordo; en esos momento, repentinamente se quedó silencioso, y seguidamente, se escuchó un sonido similar al de una regadera y/o cayendo agua, además de tosidos como si una persona se estuviera ahogando.
Se cree que en esos momentos, el Gordo junto con otros dos implicados identificados como Esaú Madrigal Mariscal y Oscar Rafael Balderrama Molina, asesinaron al joven José Enrique Granados, asimismo, el principal actor es el Gordo Santana, quien según las declaraciones, utilizó un arma punzo cortante lesionando a la víctima a la altura del cuello, cerca de la yugular, ocasionando la herida y la causa de muerte del occiso, quien falleció por shock hipovolémico.
Los implicados descendieron del área del baño donde privaron de la vida al joven, amenazando a los testigos de ese momento con amenazas de muerte, agregando que si decían algo sobre lo ocurrido ahí, inicialmente las hermanas y/o familia de ellos, también los matarían, posterior, pidieron la información, datos, domicilios, números de teléfono y demás datos de los demás testigos ahí presentes.
TESTIGOS OBLIGADOS A CALLAR Y HA ENVOLVER EL CUERPO
Los testigos protegidos que declararon ante las autoridades como se presentaron los hechos, narraron que por amenazas de muerte de los tres presuntos responsables de victimar al joven Granados, los obligaron a envolver el cuerpo del occiso en bolsas de hule y cinta, asimismo, uno de los presuntos filmó cuando los amenazados subían el cadáver a la cajuela del carro del Gordo Santana, esto para tratar de inculparlos en caso de que algo saliera mal.
Posterior al subir el cadáver al carro, el Gordo lo condujo hasta la carretera a Jiménez hasta el kilómetro 9, lugar donde arrojaron el cuerpo de José Granados, metros más adelante, se deshicieron de una cobija y otros artículos que contenían evidencia de los hechos, mismos que fueron recuperados por las autoridades policiales.
DROGAS, ARMAS Y ALCOHOL
En las mismas declaraciones de los testigos, uno de ellos aseguro que el Gordo Santana tenía por lo menos un mes y medio vendiendo marihuana, inclusive, al taller donde ocurrieron los hechos, clientes acudían y ahí mismo se forjaban los “gallos”, en ese mismo lugar, ocultaban un arma de fuego; el ambiente que rodeo a los jóvenes el día de los hechos, siempre fue entorno a las bebidas embriagantes.