Álvaro Holguín, 30 años arriesgando la vida como bombero
Familia y compañeros celebran jubilosos al hoy Sub Comandante
Por: Víctor González
Parral.- Desde hace 30 años, Álvaro Holguín desempeña una loable y abnegada labor al interior del heroico Cuerpo de Bomberos, en su haber tiene un cúmulo de experiencias que han marcado su vida entre riesgos y satisfacciones.
“Es un privilegio para mí estar apoyando a la ciudadanía con mi trabajo, estoy orgulloso de hacerlo, me he estado capacitando, nunca se termina de aprender porque constantemente estamos renovándonos; me tocó ser de los bomberos de la primera academia aquí en Parral, y ahora soy el Sub Comandante”, expresó orgulloso.
Dentro de sus anécdotas, recuerda en particular un fuerte incendio en el centro de la ciudad; “fue el incendio de la tienda El Ranchero, salvamos algo de material afortunadamente, pues no hubo pérdidas humanas, yo acababa de entrar a al departamento de bomberos.
se veía muy, pues muy trágico, pero gracias a Dios logramos sofocarlo aunque fueron pérdidas totales, pero evitamos que gente se lesionara, que gente perdiera la vida, inclusive evitamos que se propagara a otros negocios, a otras casas”, detalló con un dejo de tristeza y un suspiro.
“Nosotros trabajamos en la prevención, la prevención es algo muy importante, inclusive en los en los domicilios tenemos que tener un plan de contingencia para evitar cualquier accidente y sufrir algún daño.
Quiero agradecer a mi esposa, a toda mi familia, por organizarme un pequeño convivio aquí con mis compañeros, un pastel y una comidita; estoy orgulloso también de ellos estamos familiarizados con los bomberos y automáticamente mi esposa se convierte en bombera. Empiezan las preocupaciones, los estreses, las presiones y todo eso y pues, me sirvend e mucho las oraciones de ella, de mi familia, de todos en común, con el favor de Dios, hasta que el señor diga aquí, hasta aquí llegaste Álvaro, pues hay que hay que seguirle dando y seguir sirviendo a la comunidad”.
En este sentido, su compañera Silvia Nohemí Ramírez esposa de Álvaro, expresó sin dilación el sentir, la admiración, y lo que significa el trabajo de su compañero de vida.
“Mira yo primeramente lo encomiendo a Dios, yo le pido a mi Dios que me lo llevé y me lo regrese igual con bien y que lo ayude en todo lo que tenga que hacer. Al le gusta mucho ayudar a la gente es su deber y le place, es un placer para él ayudar a la gente a la que no conoce o igual lo es, pero todos los días le agradezco a Dios porque me lo regrese, si no le doy su bendición, si no le digo Dios te Bendiga, él no se viene a trabajar”, aseguró.
Silvia señaló que han sido muchos servicios que ha pasado con el pendiente y la angustia por la integridad de su marido. “La última ha sido ahora que hubo mucho aire que se incendiaron los aserraderos. Eran las cuatro o cinco de la tarde y todavía andaba sin comer, organicé a las esposas de los bomberos y les dije, chicas, pues no han comido los maridos. Vamos a llevarles algo de comer, se vieron en mi casa, hicimos unas tortas, les llevamos refrescos y agua esperando verlos con bien, ya nada más los vimos y nos tranquilizamos, y así ha sido siempre, toda la vida desde que me casé con él.
Una vez me llegó todo lleno de ronchas porque lo picaron las abejas, más que risa dije bueno, pues ojalá y no haya pasado otra cosa, pero pues ya lo inyectamos.
Cada vez que se escucha una ambulancia Álvaro no duerme, no le gusta faltar, aunque esté enfermo todavía va a trabajar aunque esté incapacitado, él se viene a trabajar, su vocación en ser bombero”.
Así, rodeado por su familia y sus compañeros traga humo, entre situaciones de emergencia, experiencias satisfactorias y otras no tanto, transcurre la vida de uno de tantos seres humanos cuya tarea diaria es, arriesgar la vida por quien sea y hacerlo con el corazón.
Es esa indescriptible actitud que solo un bombero, en toda la extensión de la palabra puede realizar, y quien con su valía y entrega es hoy por hoy, un ejemplo de pulcro compromiso ante la sociedad y para Álvaro, apenas son sus primeros 30 años.