Ya no hay jolgorios ni “chicas malas”
Luce desolada la Zona de Tolerancia
Por: Adrián Gómez
Parral.- Lo que por mucho tiempo fue un lugar en el que una vez entrada la noche y hasta altas horas de la madrugada se podía apreciar una intensa actividad, actualmente luce desolado y prácticamente en ruinas.
La Zona de Tolerancia, lugar de burdeles, bares y centros nocturnos, punto de trabajo para cantineros y meretrices, ya no permite ver aquellos jolgorios ni las damas que otrora ofertaban sus servicios aprovechando la visita de clientes que acostumbraban frecuentar el lugar para divertirse.
Anteriormente, podían verse deambular mujeres que con sutiles formas buscaban cautivar a los caballeros, e inclusive contaban con habitaciones dispuestas para ello, destacando lugares tan icónicos como “El Suchiate”, un burdel que hacía referencia a la calle donde se ubicaba el complejo.
“El Rocas”, “El Kalúa” y otros más que daban trabajo a unos y placer y diversión a otros, hoy lucen en franco abandono y no se ve más al menos no seguido, la presencia de clientes, de jolgorio, de música sonando.
Fue también fuente de ingreso para vendedores de comida, taxistas e incluso para agentes de la ley quienes allá en los años mozos de la “Zona”, lograban alguna propina de clientes con tal de no ser molestados o por brindarles ciertos “cuidados”.
La famosa “Sonaja”, como era conocida por algunos, significó por mucho tiempo la válvula de escape para personas de todos los estratos sociales, desde quien acudía por una cerveza solo para echarse “un taco de ojo”, hasta quien en muchas ocasiones se retiraba del lugar casi al salir el sol.
Aquella actividad de antes, hoy de manera discreta y de apariencia refinada, se ejerce en otros puntos de la ciudad disfrazada de antros de categoría, en el olvido quedaron las jornadas de “pachanga” que solo podían realizarse dentro de este lugar de mucha fama hasta para el más recatado.