Urgente asumir el cuidado de la salud mental en la infancia
El diagnóstico y la atención a la salud mental de los niños debe prevalecer desde los momentos en que cursan el nivel básico, para evitar problemas mayores en el futuro.
Es de gran importancia generar políticas públicas desde esas edades, una vez que niñas, niños y adolescentes representan el 29% de la población de nuestro Estado (1,008,620 de 0 a 15 años), y, por desgracia, son parte también de una de las poblaciones más vulnerables.
Como legislador, es obligación seguir trabajando para atender la demanda ciudadana y sabemos que no será fácil, porque se requiere de acciones inmediatas y de corto, mediano y largo plazo, del involucramiento y participación de diferentes actores y autoridades, las cuales deben comprometerse con semejante labor porque solo así, podremos salvar a nuestros pequeños, y las generaciones que vienen; nuestros pequeños, las niñas, niños y adolescentes deben crecer con una mejor calidad de vida.
He presentado una iniciativa para modificar la fracción XV del artículo 56 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Chihuahua, para quedar como a continuación se presenta:
Articulo 56…
I a XIV…
XV. Establecer acciones a través de la implementación de programas anuales de servicios de salud por los que se detecten, diagnostique y se de tratamiento desde la educación básica, en los casos de niñas, niños y adolescentes con problemas de salud mental;
XVI a XXIII…
Es necesario recodar que las y los niños, históricamente han sido excluidos de recibir y gozar de servicios médicos del más alto nivel y se les ha negado la atención de su salud mental, pasando por alto las situaciones que ocasionan cambios abruptos en el comportamiento de los menores, provocando con ello padecer y desarrollar diversas conductas derivadas de algún trastorno mental, teniendo como consecuencia de ello, la exclusión social, la discriminación, la estigmatización sin razón, la provocación afectaciones a la salud física, las autolesiones o bien, la lamentable perdida de un ser humano.
Si continuamos sin atender este grave problema, seremos responsables de seguir transformando a nuestra sociedad en jóvenes y adultos con muchos problemas mentales graves que repercutirán gravemente en la sociedad, como son el incremento de suicidios y otros delitos, dependientes de medicamentos e indiferentes a lo que sucede en la sociedad, tal como se empezó a identificar en diferentes partes del país.
La revista científica The Lancet, emitió un informe en julio de 2021, donde señaló que “México se ubicó como el país con más niñas y niños que enfrentaron la pérdida de uno o ambos padres (178 mil) o de sus cuidadores más cercanos (275 mil 800) por Covid-19”; por su parte, el DIF indicó que la cifra aproximada de niñas y niños en orfandad por Covid-19, fue de 118 mil; pero, como se trata de un sector de la población menor o sin importancia, no existe una fuente confiable que nos permita validar esta información.
Este factor aunado a la violencia familiar y otros factores hereditarios, son los indicadores de alerta más evidentes en la actualidad, de la necesidad de poner manos a la obra en los protocolos de atención, diagnóstico y por supuesto tratamiento de aquellos menores que lo requieran.
Si bien se ha avanzado en el acceso a terapias psicológicas en los planteles, que vienen a ser un factor en la mejora conductual, esto resulta solo un paliativo dadas las condiciones y la incidencia de males de tipo psiquiátrico en la actualidad.
Apostemos ya, por asumir nuestro compromiso y responsabilidad en la atención de sus necesidades y mejor aún, si se trata de su salud mental.