Las contradicciones en la desaparición del Obispo Rangel
Morelos.- La desaparición por 48 horas del Obispo emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel, en Morelos se encuentra en el ojo del huracán.
La versión que había sido plagiado tuvo un vuelco. El Gobierno de Morelos, en voz del Comisionado Estatal de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz, aseguró que el prelado entró por su propia voluntad a un motel en compañía de otro hombre que luego se retiró del lugar.
Ortiz contradijo la versión del plagio exprés que el Fiscal Uriel Carmona había difundido, tras la aparición del Obispo en un hospital tras 48 horas de no saber de su paradero.
Conforme los nuevos indicios, el Obispo de Chilpancingo fue encontrado inconsciente y desnudo en el Motel Real Ocotepec, ubicado al norte de Cuernavaca.
Además, según el reporte de los paramédicos que trasladaron al clérigo al hospital “Dr. José G. Parres” el domingo, en la habitación estaba la ropa de Rangel, un gel lubricante, un estuche de condones y cinco pastillas azules de sildenafilo para tratar la disfunción eréctil.
La revelación de los datos molestó al Fiscal Carmona, pues dijo que violaban el debido proceso y la condición de víctima de Rangel. Carmona ha sostenido una pugna con el Gobierno de Morelos y es usual que difieran en versiones de hechos de seguridad.
El lunes pasado, el Fiscal reveló que el análisis toxicológico del Obispo dio positivo a benzodiacepinas y restos de cocaína.
Ortiz dijo que el prelado sí presentaba restos de esas sustancias, pero no abundó más en ello. Tampoco se informó sobre la identidad y paradero de la persona que acompañaba en el motel al Obispo y no se aclaró si le fue sustraído el dinero de sus tarjetas como originalmente informó el Fiscal Carmona.
La misma Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió a la sociedad no hacer conjeturas ni especulaciones y esperar que Rangel restableciera su salud. La CEM había reportado la desaparición del Obispo el pasado lunes y reclamó a las autoridades su intervención para localizarlo.
El prelado fue dado de alta de alta la noche de este 2 de mayo y trasladado a su casa en Jiutepec, Morelos.
La primera versión
El prelado, de 78 años de edad, quien padece hipertensión arterial, tiene un marcapasos y enfrenta secuelas por Covid-19 que contrajo en 2020, fue secuestrado cerca de su casa en Jiutepec, Morelos, la tarde del pasado sábado 27 de abril, fueron los primeros reportes.
Dos días después, apareció pasadas las 17:00 horas en el hospital “Dr. José G. Parres” de Cuernavaca, tras denuncias hechas públicas sobre su desaparición .
“Ingresó aquí (al hospital) en calidad de desconocido”, contó una fuente del centro médico.
“Parecía drogado”, comentó.
El Fiscal de Morelos, Uriel Carmona, recibió el reporte médico de que el examen toxicológico aplicado resultó positivo de drogas.
“Está estable con los efectos residuales de lo que pudo haber ingerido. El antidoping salió positivo a benzodiacepina y está pintando a cocaína”, reportó el médico responsable al Fiscal Carmona.
La defensa del prelado afirmó que una vez que se encuentre en buenas condiciones de salud podrá acudir a la Fiscalía General del Estado para que rinda su declaración ministerial.
La versión que el Fiscal dio a medios de comunicación al salir del hospital fue que el Obispo aparentemente sufrió un secuestro exprés para vaciarle sus cuentas.
“Lo que estamos corroborando es que lo privaron de su libertad para robarle dinero, desde el cajero automático, utilizando su tarjeta de débito; él no estaba en condiciones de declarar, estaba en atención médica”, dijo a REFORMA.
“Las personas que lo pudieron haber tenido cautivo, una vez que exprimieron sus cuentas, lo dejaron en libertad”.
Con información de: reforma.com