América vs. Chivas: Páginas gloriosas de una batalla sin fin
Una vez más se jugará un Clásico Nacional entre los dos equipos más populares y ganadores de la Liga MX: el América y las Chivas.
Desde el primer juego de la era profesional en la temporada 1943-1944, el cual ganó el Rebaño por 1-0, la rivalidad se gestó por el enfrentamiento entre tapatíos y capitalinos, pero se agigantó cuando Emilio Azcárraga Milmo compró al América en 1959.
A través de los años, se han escrito páginas memorables que enriquecen la historia del Clásico.
El autor de la rivalidad
El 22 de julio de 1959, Emilio Azcárraga Milmo adquirió al Club América, y al reforzar al equipo, lo hizo lo suficientemente competitivo como para convertirse en el gran adversario de las Chivas.
El primero en entender la rivalidad fue el entonces técnico del América, Fernando Marcos, quien, en la temporada 1959-60, venció a los tres equipos tapatíos (Chivas, Atlas y Oro) por el mismo marcador de 2-0.
El entrenador de Chivas, Arpad Fekete, dijo que fue pura suerte, a lo que Marcos respondió: “Cuando usted quiera, señor entrenador, al fin que ya sabe que mi teléfono en la Capital es 2-0, 2-0 y 2-0”.
Batalla campal en el Azteca
La Semifinal entre América y Chivas en el Azteca en la campaña 1982-83 es recordada no tanto por el triunfo del Rebaño, sino por la batalla campal que se desató.
“Roberto Gómez Junco le festeja a la banca del América, se le dejan ir y nos metemos todos, y ahí se sale todo de control porque entramos a tirar trancazos. Yo primero le pegué a (Héctor Miguel) Zelada, luego a (Nilton Pinheiro) ‘Batata’, y después me corretearon. En ese momento no piensas en nada, yo sólo le quería pegar a los que veía de amarillo y trataba de cuidarme”, recordó Demetrio Madero.
El humillante 5-0
En el Verano 96, Chivas venció al América por goleada, y en parte, según explica José Luis Salgado, ex defensa del América, se debió a la mala planeación del técnico Ricardo La Volpe.
“Ese día la logística no se hizo correctamente, a (Ricardo) La Volpe no le gustaba llegar con anticipación, el partido era a las 12 horas y quiso salir del hotel a las 10:30 horas, no se dio cuenta que íbamos a jugar un Clásico Nacional, todos íbamos nerviosos. El partido empezó mal, Luis (García) se hace expulsar y a partir de ahí se vino la goleada del 5-0”.
La cábala de la voltereta
En la temporada 95-96, Chivas protagonizó una remontada contra el América en el Coloso de Santa Úrsula.
“Recuerdo bien que, al llegar al hotel de concentración en Ciudad de México, había una boda, y Beenhakker dijo: ‘¡Joder! ¡Ya ganamos!’. Le preguntaron por qué, y respondió: ‘Porque hay una novia en el hotel, es garantía de que vamos a ganar, y además, voy a ver a la novia’. Se acercó, la saludó, y al día siguiente íbamos perdiendo 2-0. Pensé: ‘Esa novia se va a divorciar en 15 días’, pero Beenhakker tenía razón con su cábala; ganamos 3-2”, relató Guillermo Hernández, ex jugador del Rebaño.
La rabona de Edú
Uno de los goles más vistosos en un Clásico se registró en la Semifinal de la temporada 90-91, en el Azteca. Luis Roberto Alves ‘Zague’, hizo un cambio de juego desde media cancha para Edú Manga, quien centró de rabona para que Toninho Cerezo anotara de cabeza para el 2-0 (4-0 Global).
“Yo soy zurdo, es un recurso que tengo desde niño para hacer los pases. La ‘rabona’ la hice con América en aquella Semifinal y fue fruto de mucho entrenamiento. Es difícil ver jugadas así, fue espectacular, un centro con balón en movimiento y lo mejor que acabó en gol”, recordó Edú.
Con información de: reforma.com