Ignacio Minjares: Más de 50 años vendiendo sueños en forma de billetes de lotería
Ignacio “Nacho” Minjares Talamantes, un hombre de 63 años y originario de Parral, ha dedicado más de cinco décadas de su vida a la venta de billetes y cachitos de lotería, recorriendo las calles, plazas y comercios de la ciudad.
Desde los 10 años, cuando aún era estudiante de primaria, Ignacio comenzó en este oficio como una necesidad para ayudar en su hogar. Hoy, su labor sigue siendo una constante en su vida diaria.
“Empecé a vender porque tenía que trabajar desde niño. Vivía en la calle Primavera y salía todos los días a ofrecer los billetes. Antes se vendía mucho más; me tocó vivir épocas en las que la venta era muy buena, como en 1974, cuando entregué el premio mayor de 100 millones de pesos. Hoy las cosas están más tranquilas, pero seguimos trabajando”, relató.
A lo largo de su carrera, Ignacio ha sido testigo de la alegría de muchas personas al ganar la lotería. En estos 50 años, ha vendido 10 premios mayores, dos de ellos al mismo cliente: uno por un millón de pesos y otro de 7.5 millones. “He tenido clientes que ganaron y que ya fallecieron; espero que hayan disfrutado de sus premios”, comentó con nostalgia.
Aunque no es obligatorio, algunos ganadores han sido generosos con él, ofreciéndole un gesto de agradecimiento. “No tendrían por qué, pero algunos me han aportado algo; han sido buenas personas”, mencionó.
Su jornada comienza a las 10:00 de la mañana y se extiende hasta las 8:00 de la noche, con una pausa para comer a las 2:00 de la tarde. Nacho recorre el centro de la ciudad, las plazas, las tiendas y hasta las cantinas, llevando consigo los billetes que podrían cambiar la vida de alguien.
“En aquellos tiempos, había más de 20 billeteros en Parral; hoy solo quedamos cuatro y los expendios. Hemos recorrido muchos kilómetros en estos años, pero seguimos adelante”, afirmó.
Con medio siglo de experiencia en el oficio, Ignacio Minjares Talamantes no solo ha vendido lotería, sino que también ha repartido sueños y esperanzas entre sus clientes, manteniéndose como un personaje emblemático de la ciudad.