Pedro Infante, un siglo sembrando amor por doquier: su hija Lupita
Al cumplirse una centuria del nacimiento del intérprete y actor mazatleco que hizo de “Amorcito corazón” el himno de los enamorados en la película Nosotros los pobres (1947), su hija Lupita Infante Torrentera lo evoca con emotividad, respeto y admiración. En esta semblanza acompañada de los comentarios de Rafael Aviña, hoy más que nunca parece verdadero el dicho “Pedro Infante no ha muerto, vive en el corazón del pueblo mexicano”, surgido a raíz del accidente de aviación del Ídolo de Guamúchil en Mérida, Yucatán, hace 60 años.
CIUDAD DE MÉXICO.- Y sigue la leyenda…
El intérprete de música vernácula y actor de la Época de Oro del cine mexicano Pedro Infante, tras los 100 años de su nacimiento (acaecidos este 18 de noviembre del año en curso) y a seis décadas de su fatal accidente (15 de abril de 1957) no pasa inadvertido para las nuevas generaciones, a decir de su hija Lupita Infante Torrentera, también cantante.
Según ella, la trascendencia de su papá es por el legado que dejó:
“Grabó alrededor de 430 canciones. Tocaba el violín, la guitarra, la batería, el piano, y aprendió por su cuenta a manejar un sinnúmero de instrumentos. Trabajó en 59 películas, le encantaba actuar y le cautivaba estudiar, tengo una libreta toda escrita en inglés por él… Le deleitaba hacer ejercicio, le fascinaban las motos, los coches, los aviones y la ropa.
“Y la verdad, me impacta la cantidad de gente que ayudó. Muchos que lo conocieron lo describen como relajiento, pero nadie habla mal de él. Existe esa anécdota de que estaba llena la Plaza México y como afuera también había muchas personas, se salía con el mariachi a ofrecer otra vez el espectáculo. Ese amor lo sembró por doquier.”
Al Panteón Jardín donde yace su última morada, destaca la también albacea de la familia que acudieron este 15 de abril unas “cinco mil almas”. Enfatiza al instante:
“Van cinco generaciones que van al panteón. No puede ser que tenga mi papá seis décadas de muerto y sigan las niñas acercándose para decirme: ‘¡Si su papá viviera, yo sería su novia!’.”
Sigue su charla con Proceso:
“Pedro Infante se muere a los 39 años. Joven concibe hijos. Llega a tener tres familias, estables o medio estables. Con mi mamá, la actriz Lupita Torrentera, procrea a tres hijos. Con la también actriz Irma Dorantes, una hija; adopta otra hija con todas las de la ley con María Luisa León, quien fue la única con quien se casó. Él sale de Culiacán, Sinaloa ya conocido pues cantaba en la mejor radiodifusora de allá, y en la Ciudad de México le cuesta su trabajo; pero en dos, tres años, ya está en la XEW. ¿Que lo rechazaron en RCA? Pues sí… Como un torero, enfrenta corridas buenas y corridas malas.”
Fuente: http://www.proceso.com.mx