San Diego cobró revancha ayer 21-6 sobre los Astros en el Fray Nano
Fueron dos entradas crueles, con las que los Padres de San Diego aseguraron una victoria ominosa de 21-6 sobre los Astros. Nueve carreras en el rollo inaugural y ocho en el séptimo episodio, más otras salpicadas a lo largo de un duelo en el que cobraron venganza ante Houston –vencedor del sábado– en el cierre de la serie de Grandes Ligas en la Ciudad de México.
Después de 12 años de ausencia, la gran carpa volvió con un par de juegos de pretemporada en el estadio Fray Nano en el oriente de la ciudad.
Estos partidos sirven también para que peloteros sin oportunidad o que permanecen en las ligas menores de Estados Unidos puedan probarse en primavera con los equipos mayores, como fueron el bajacaliforniano Leo Heras, de Astros, quien tuvo un par de juegos en los que demostró su calidad, ayer con dos producidas y dos carreras. Lo mismo que el poblano César Vargas, quien espera un lugar en el montículo de Grandes Ligas y abrió para los Padres lanzando durante tres entradas sin carrera, con sólo dos hits y cinco bateadores ponchados.
Aunque no llenaron el estadio ninguno de los dos días, los aficionados mostraron pasión por un deporte que se hereda como el apellido en algunas regiones, pero que está ávido de nuevos entusiastas.
Si los Astros arrollaron a los Padres la noche del sábado, ayer fue la revancha de un equipo que abrió con el inspirado Vargas.
Un contraste abrumador para el abridor de los Astros, Brady Rodgers, quien subió al montículo para vivir una tarde melancólica. Aceptó ocho carreras y extendió el primer episodio en un calvario interminable. Rodgers reveló su pesar cuando bajó humillado de la lomita. Vio impotente cómo volaron los jonrones que batearon Jabari Blash, de tres carreras, igual que Jon Jay, también de tres carreras, y Adam Rosales, de dos. En ese primer rollo la suerte no cambió demasiado para los Astros, pues el pítcher relevista Michael Hauschild recibió una rayita en su lanzamiento inicial.
Los Astros quisieron meterse al juego en la cuarta entrada, cuando hicieron su primera anotación para al menos conjurar la blanqueada. Pero la novena de Houston se metió de verdad cuando en el sexto rollo consiguió tres carreras más. El relevista de los Padres, Gerardo Reyes, fue el que corrió con el segmento más amargo para los triunfadores: aceptó cuatro imparables y tres carreras, una por un jonrón con el que Colin Moran lo estrenó en el montículo. En este episodio Heras, uno de los peloteros más ovacionados en el Fray Nano, anotó una de sus dos carreras de la tarde.
Sin embargo, San Diego le reservó un séptimo episodio implacable, en el que le encajaron ocho carreras. Entre ellas dos producidas por el mexicano Luis Urías.
Al final del encuentro los jugadores de San Diego celebraron la victoria como si se tratara de una Serie Mundial.
El mánager de los Padres, Andy Green, declaró: “Me gustaría ver a Los Padres de San Diego como el equipo de México. Fue emocionante ver cómo conecta con la gente y con un jugador mexicano como César Vargas”.
El poblano, sin embargo, dejó entrever que su futuro es incierto. “Yo siempre estoy buscando la oportunidad de estar en Grandes Ligas; desafortunadamente uno no tiene la decisión sobre el destino, pero estamos esperando para que cuando tomen esa decisión yo esté listo”, dijo Vargas, después de un partido ejemplar en el que fue ovacionado por la gente.
Con información de Tiempo.com.mx