Notre Dame: el duelo un día después del incendio (VÍDEO)
Después de una noche trágica en la que París perdió gran parte de su Catedral, sus habitantes se despertaron con un mal sabor de boca.
La lluvia del cielo reemplazó la lluvia de cenizas que cayó la víspera sobre los hombros de los parisinos. En esta madrugada del martes, los habitantes de la capital francesa se sentían todavía conmovidos después del violento incendio que destruyó durante más de seis horas los dos tercios del techo de la Catedral de Notre-Dame, haciendo colapsar la flecha situada en el centro del edificio.
Un perímetro de policías rodeaba gran parte de la Isla de la Cité, cuna de Lutecia, el antiguo nombre de París, en el mero centro, el kilómetro cero de la capital.
Desde la salida del sol, los periodistas empezaban su cobertura, y los primeros vecinos salieron para ver lo que quedaba del monumento. Algunos habitantes muy matutinos salieron a ver lo que quedaba de su Catedral. Otros, haciendo jogging, pasaban concentrados en su respiración, pero con la mirada hacia la iglesia gris oscuro, con los rastros del fuego que lamió la piedra del edificio.
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“Vivo justo detrás de la Catedral”, dice Catherine, habitante de la Isla de la Cité. “No practico mucho, la verdad. Pero hoy llevo mi cruz conmigo. Es un día de duelo”, admitió soltando unas lagrimas. “La verdad, pensé que se iba a caer”.
Frente al Puente Saint-Michel , uno de los nueve puentes que conecta el resto de la capital con la Isla de la Cité, Alexis, un joven de 24 años, permaneció silencioso varios instantes antes de poder hablar, las manos juntas en forma de oración.
“Es una gran tristeza. Ayer, vine después de trabajar para rezar con algunos amigos hasta las dos de la mañana. Varios de mis amigos ateos me mandaban mensajes en forma de solidaridad. Es un sentimiento compartido por todos, no solo los creyentes”.
A partir de las 9:00 de la mañana, los alrededores del edificio volvieron a llenarse de gente. Para rescatar una imagen con sus celulares, o como una forma de rendir homenaje a Nuestra Señora de París.
También algunos turistas llegaron al centro de la capital gala, entre ellos, Lionel, un Guatemalteco de 32 años, quien llegó a Francia con su esposa el lunes para visitar a la capital : “Qué tristeza. Justo íbamos llegando para visitarla y vimos el incendio. No vamos a poder verla…”, lamentó el centroamericano.
Volveremos a construirla
Frente al monumento, también vino Monseigneur Masset, vicario general del obispado de París. “Notre-Dame quemaba, y el mundo entero lloraba”, dijo con filosofía. “Yo estaba atrás, en las oficinas del obispado y empezamos a sentir lo quemado, pero pudimos salir a tiempo”, declaró el clérigo.
Con tristeza pero también esperanza, lamentó lo sucedido pero ya estaba pensando en el futuro de la Catedral.
“Es un símbolo de Francia. Pero con certeza, volveremos a construirla de nuevo, más bella que nunca”.
Sin embargo, confesó que si desde fuera no se veía tan mal, pues la estructura y las dos torres habían sido salvaguardadas por los centenares de bomberos, lo que pudo ver desde dentro “es aterrorizante”.
Con información de: proceso.com