A 96 años de la muerte de Pancho Villa; así fue la emboscada
José Doroteo Arango Arámbula, conocido como Pancho Villa, fue asesinado en una emboscada en calles de Hidalgo de Parral, sur de Chihuahua, el 20 de julio pero hace 96 años.
Pese a que nació en San Juan del Río, en Durango, la parte cumbre de su vida la llevó en el estado de Chihuahua.
Fue comandante de la División del Norte, caudillo en el estado de Chihuahua donde llegó a ser gobernador por un mes entre el 8 de diciembre de 1913 y enero de 1914.
También fue conocido por sus asaltos a poblados y haciendas y lo acusan de numerosos delitos desde asesinatos a agresiones a mujeres.
Por su habilidad en el caballo le llamaron “Centauro del Norte”, en referencia al ser mitológico griego mitad humano, mitad caballo.
Fue fundamental la participación de su división en la Revolución Mexicana. Fue parte del grupo de Madero que se oponía a Porfirio Díaz y tuvo numerosas batallas a lo largo de la terrible guerra, donde cosechó importantes victorias como la de Zacatecas.
Fue buscado por los Estados Unidos por la expedición que tuvo al atacar Columbus, Nuevo México, porque el gobierno estadounidense apoyaba a Venustiana Carranza.
#UnDíaComoHoy pero de 1923 fue asesinado en Parral Chihuahua, José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como “Pancho Villa”.
Sobre su muerte, existen varias historias en las que no se duda de la intervención de elementos estadounidenses cuando fuera emboscado y asesinado. pic.twitter.com/5nMprwlENi
— UACH (@UACHMx) July 20, 2019
Después de ocultarse de las fuerzas de Estados Unidos resurgió su actividad guerrillera, pese a que existía una recompensa de 5 mil dólares por su cabeza.
A la llegada de Adolfo de la Huerta a la presidencia interina y al regreso de Felipe Ángeles, Villa se rindió y firmó el armisticio el 26 de junio de 1920.
Friedrich Katz, historiador de la Universidad de Chicago, relató para Chicago Tribune su obra sobre la muerte de Pancho Villa, donde señala que lo emboscaron ocho hombres en el intenso calor de julio de Parral en aquel 1823.
La publicación narra:
Los rancheros que aquel 20 de julio de 1923 se encontraban en las bodegas de pastura esperando matar o morir, eran de aquellos que se sabían en la mira del exguerrillero, cada uno por diversos motivos, y conocían que en caso que Villa siguiera con vida, muy posiblemente ellos perdieran la propia.
Ellos eran Melitón Lozoya, Librado Martínez, José y Ramón Guerra, Jesús Salas Barraza, José Barraza y Jesús y José Sáenz Pardo.
Se habían reunido en casas e los ranchos La Cochinera y Amador, el primero propiedad de Melitón Lozoya y el segundo de José Sáenz Pardo.
Si bien no era el primer atentado que planeaban contra Villa, pues en una vez anterior el influyente Jesús Herrera contrató sicarios, su amigo Alfredo Chávez alertó al ‘Centauro del Norte’ y tendió una trampa a los asesinos.
Pasó una vez similar en Parral cuando pasó el auto Dodge de Villa por el lugar, pero había una primaria de donde salían niños de la escuela y suspendieron el plan.
La emboscada.
Pero el 20 de julio sí tendrían la oportunidad. “Ahí va el ganado, tengan lista la pastura” era la palabra clave para alistar las armas.
Rentaron dos cuartos de la calle por la cual pasaría Villa bajo pretexto para almacenar “pastura”. Abrieron un boquete entre los cuartos para estar en contacto.
Joven en las calles Juárez y Barredo vio venir el carro con cinco escoltas y gritó “¡Viva Villa!”. Los armados entendieron el mensaje, Villa iba en el auto en el asiento del piloto.
El vehículo dobló la esquina, salieron ocho hombres de los cuartos desplegados como abanico y dispararon al piloto del coche que frenó de repente.
“No les importaba morir en el intento, su único objetivo era matar a Villa y proteger así a los que sobrevivieran y a sus familias, que no tendrían paz si fracasaban en su intento”, explica la publicación.
Recibió nueve disparos y murió el lugar, a la edad de 45 años.
Uno de sus escoltas, Ramón Contreras, fue el único que sobrevivió y huyó herido del lugar.
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