Los niños indígenas que “reconstruyen” la carretera Parral-Gpe y Calvo
Gpe y Calvo.- Con el propósito de llevarse unas cuantas monedas a su bolsa, un par de niños indígenas se colocan en zonas afectadas de la carretera Parral-Guadalupe y Calvo, donde recubren los enormes agujeros que la invaden.
Cuando en cualquier otra carretera del país, personal de la Secretaria de Comunicación y Transporte (SCT), es quien realiza las labores de reparación, en el corazón de la sierra tarahumara son los niños quienes ponen manos a la obra.
Con un par de palas y la fuerza de sus pequeños brazos, inician las labores desde temprana hora del día. Una carretilla vieja y manchada de lodo, es la forma de avisar a los conductores que se acercan a la zona de construcción.
Un delgado hilo color blanco simula la característica cinta amarilla de prevención, que, a pocos metros de la misma, se puede apreciar a los infantes laborando. Uno da aviso de la llegada del vehículo, otro acerca la carreta y el tercero avienta la tierra al bache.
Para quienes se detienen ayudarles, los chiquillos se acercan a la ventana apresuradamente y solicitan la ayuda del conductor para poder comprar algo que comer, mientras levantan su mano esperando la gratificación.
Cuando son remunerados en su rostro se dibuja una sonrisa de satisfacción y en sus ojos aparece un brillo de gratitud. Tras dar las gracias, se retiran el vehículo y con un gesto amable se despiden para volver a trabajar.
Hay conductores que no detienen su trayecto para ayudarles y en otros casos les apoyan con más de una moneda, pero aquellos niños realizan los trabajos que las propias autoridades federales no pueden hacer, el reconstruir la desgastada carretera de Guadalupe y Calvo.