Más de 9 millones de peregrinos cantaron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe
Una vez que dejó al descubierto las plantas de los pies ennegrecidas por el camino, Francisca hace el último tramo, de poco más de dos kilómetros desde donde inicia la Calzada de Guadalupe, hincada.
Hacerlo le toma aproximadamente dos horas, antes de llegar al atrio de la Basílica de Guadalupe, pero dos horas no son nada cuando se ha viajado por días desde Puebla.
Dios, dice, no es una representación, quizás señalando que no hay símbolo sino realidad: así ha sido los últimos seis años que ha hecho el recorrido, acompañando a un grupo de cuatro personas.
Para mí es una alegría llegar al santuario donde está la santísima Virgen, más que nada porque sé que vengo a visitarla, no a verla, porque la veo todos los días, dice.
Como ella, entre los millones de peregrinos que arriban a este templo cada año, para conmemorar el Día de la Virgen de Guadalupe, muchas son mujeres.
Desde las entradas de la Ciudad hasta la Calzada de Guadalupe, y en las inmediaciones del Templo, la imagen de familias enteras y penitentes solitarios predomina, en ocasiones, por familias lideradas sólo por la madre.
Esta es la razón por la que Adriana, que carga en la mochila con una imagen de la Virgen de Guadalupe cubierta por una guirnalda Navideña, cuando siente que pierde la verticalidad se apoya en la carriola que la sigue a un lado.
Con información de: debate.com