Diego Santoy, gana amparo y anulan su condena de 138 años de prisión
El Caso Cumbres fue un infanticidió que paralizó a México ya que nadie podía creer los terribles hechos que habían ocurrido en Monterrey, Nuevo León. Lo que finalizó en un asesinato comenzó como una historia de amor entre un estudiante (Diego Santoy) y la hija de una conductora de televisión (Erika Peña Coss).
El nombre de Diego Santoy fue conocido en todo México durante el año de 2006, todos los medios de comunicación realizaron una cobertura completa sobre el asesinato de dos niños, quienes eran hermanos de la mujer que fue su novia, Erika Peña Coss, y a quien actualmente siguen relacionando con el cruel homicidio de los menores de edad.
La versión oficial indica que Santoy se volvió “loco” cuando Erika decidió terminal su relación sentimental por lo que tomó venganza contra sus hermanos menores. Fue así que en la madrugada del 2 de marzo de 2006 arribó al domicilio de la joven cubierto con un pasamontañas y guantes de látex.
Supuestamente Diego trepó por las paredes del domicilio hasta que logró ingresar a la residencia así que entró hasta el cuarto de Erika en donde supuestamente le rogó que regresara con él pero ante la negativa de la mujer, Santoy acabó con la vida de su hermana de 3 años, María Fernanda Peña Coss, y a Erick Azur, de 7 años de edad.
Actualmente, a 14 años del lamentable hecho, Santoy Riveroll ganó un amparo que anuló la condena de 138 años que recibió por el crimen y reabrió el proceso para que se dicte una nueva sentencia, informaron ayer fuentes judiciales.
Los magistrados ordenaron a un juez local que dicte una nueva sentencia porque no consta en el juicio que durante los careos hubiera estado presente la defensa de Santoy.
La resolución de un Tribunal Colegiado en Materia Penal no libera a Santoy, de 34 años, pero ordena repetir este mes siete careos con él.
Entre los careos están los de su ex novia y hermana de las víctimas, Érika, y la madre de los niños, la ex conductora de TV y astróloga Tere Coss.
Con información de: vanguardia.com