De asistentes a jefes: 10 ayudantes de AMLO han conseguido puestos directivos
Primero acompañaron al presidente Andrés Manuel López Obrador a sus giras por los estados. Lo seguían como una sombra, siempre tras él. Recogían cartas, documentos, peticiones y regalos que llevaba la gente para el mandatario. Y también lo cuidaban: cuando era necesario, a empellones le abrían espacio para que pudiera pasar entre el gentío que siempre se arremolina a su alrededor. Eran de la llamada Ayudantía presidencial.
Hoy, tras servir varios meses a López Obrador, 10 de quienes fueran integrantes de ese cuerpo de guardias civiles ocupan puestos directivos en diversas instituciones públicas, algunos de ellos sin tener experiencia previa para ejercer los nuevos cargos que ostentan. Con su ascenso, duplicaron, e incluso triplicaron, el sueldo que percibían en la Ayudantía, que era de 46 mil 337 pesos brutos al mes.
El caso más notorio fue el de Ángel Carrizales López, quien, en 2019, fue designado por el presidente como titular de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), aunque nunca había desempeñado algún cargo relacionado con la vigilancia de los impactos sociales y ambientales del sector hidrocarburos.
Antes de su nuevo puesto, en el que gana 154 mil 472 pesos brutos mensuales, este licenciado en Ingeniería Petroquímica trabajó en el área de Recursos Humanos de Morena y en la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la CDMX, según consignó en su declaración patrimonial y de conflicto de interés.
El de Carrizales, sin embargo, no es el único caso de un ascenso desde la Ayudantía a un cargo directivo sin la experiencia requerida. Paola Elizabeth López Chávez, quien también formó parte de ese equipo, es ahora jefa de la Unidad de Asuntos Internos de la Guardia Nacional, misma que tiene la función de vigilar y supervisar que los elementos de seguridad no cometan irregularidades o ilícitos en el desempeño de su cargo.
López Chávez, que tiene una licenciatura en Ingeniería Petrolera y trabajó previamente como profesora de preparatoria y universidad, cobra 149 mil 407 pesos mensuales brutos en su nuevo puesto, de acuerdo con información disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).
Otra exayudante, Liliana Quiroz Zavala, quien tiene estudios universitarios en Ciencias de la Comunicación, ascendió este año a Delegada de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en la Alcaldía Benito Juárez de la CDMX, con un sueldo mensual de 62 mil 042 pesos brutos. Su experiencia previa es haber sido “militante y activista” de Morena y profesora de inglés.
Otro caso es el de Cecilia Fernández Garelli, que el año pasado ascendió a Directora de Análisis de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), donde percibe 72 mil 171 pesos mensuales brutos.
Con estudios universitarios en Antropología Social, Fernández Garelli tiene experiencia previa como promotora comunitaria de Prospera y trabajadora administrativa en Sagarpa.
Otro ayudante, Diego Alberto Hernández Gutiérrez, fue ascendido como coordinador del Programa de Becas Elisa Acuña de la SEP, que apoya a estudiantes y egresados de escuelas de educación superior para que continúen estudios de profesionalización.
Licenciado en Política y Gestión Social, Hernández Gutiérrez trabajó como asesor de la Cámara de Diputados y de la Secretaría de Desarrollo Social de la CDMX. Su cargo en la SEP es de subdirector de área, que tiene asignado un salario de 52 mil 574 pesos brutos al mes.
Otro caso es el de Abraham Eugenio Carro Toledo, quien fue promovido como Director de Pueblos y Barrios Originarios del Gobierno de la CDMX, con un sueldo de 52 mil 495 pesos mensuales brutos. Con estudios universitarios en Ciencia Política y Administración Pública, tiene experiencia previa como subdirector de la Dirección General de Participación y Vinculación Ciudadana de la Alcaldía de Tlalpan, donde trabajó con Claudia Sheinbaum. Carro Toledo destaca en su currículo que también fue coordinador electoral de Morena.
Otros dos miembros de la Ayudantía brincaron al Servicio de Administración Tributaria (SAT). La primera en hacerlo fue Paloma Rachel Aguilar Correa, quien fue designada jefa de la Unidad de Administración General de Recursos y Servicios, con un sueldo mensual bruto de 149 mil 407 pesos. Con una licenciatura en Derecho, Aguilar Correa no tiene experiencia en la elaboración de presupuestos y la gestión de recursos humanos, materiales y financieros; antes de la Ayudantía, trabajó como asesora legislativa y como enlace de Morena (de hecho, fue candidata a una diputación federal por San Luis Potosí).
Luego, Aguilar Correa se llevó de la Ayudantía al SAT a su pareja, Javier Portugal Dorantes, y lo colocó como Administrador Central de Servicios Tributarios al Contribuyente, con un sueldo de 115 mil 220 pesos mensuales brutos. Portugal Dorantes tampoco tiene experiencia en temas fiscales, pues sólo cuenta con estudios universitarios en Ciencia Política y Administración Pública y trabajó como asesor legislativo.
Otros dos integrantes de la Ayudantía fueron promovidos al sector Salud. Alejandro Antonio Calderón Alipi fue designado titular de la Coordinación Nacional de Abastecimiento de Medicamentos y Equipamiento Médico del Insabi, con un sueldo mensual bruto de 149 mil 407 pesos. Tiene una licenciatura en Medicina y estudios de posgrado en Administración en Servicios de la Salud, y ha ejercido su profesión en un hospital privado.
El otro caso es el de Carlos Sánchez Menses, quien es maestro en Arquitectura y fue nombrado Coordinador Nacional de Infraestructura y Rehabilitación de Establecimientos de Salud, con un sueldo de 149 mil 407 pesos mensuales brutos.