Arnoldo De La Rocha regresa a su tierra en la sierra de Gpe Y Calvo
Guadalupe y Calvo.- Arnoldo de la Rocha, surgió de una de las partes más recónditas del país: el corazón de la Sierra Tarahumara en Chihuahua. En su niñez calzaba huaraches de cuero de vaca y un pantalón remendado. Es el mayor de 12 hermanos y hoy es un verdadero ejemplo para todo mexicano hoy su cadena empresarial tiene más de 800 sucursales y 12 mil colaboradores, además de socios e inversionistas.
Este 18 de octubre Arnoldo de la Rocha presentara dos conferencias magistrales en el recién inaugurado Poliforum Picea Engelmannii en Guadalupe y Calvo a las 12:00 horas con empresarios y comerciantes y a las 18:00 horas con jóvenes emprenderos.
Proveniente de familia de campo. En su comunidad todavía se practican algunos principios de vida nómada como el trueque: cambian maíz por frijol, caballos por vacas con crías. Conoció los automóviles a los 11 años y asistió por primera vez a la escuela a esa edad, con muchas carencias económicas, pero con una gran enseñanza de valores por parte de sus padres y amor al trabajo.
“Nunca supe que era pobre hasta que conocí los ricos, vivíamos felices”, comenta.
Arnoldo de la Rocha y Navarrete es uno más de los millones de mexicanos que por distintas razones dejaron el campo con destino a la ciudad en busca de oportunidades, con visión, esfuerzo y constancia ha logrado metas importantes en su vida.
De la Rocha y Navarrete es un empresario que no se olvida de la importancia de construir un México mejor donde las oportunidades lleguen a todos. Compartirá su conferencia “El sueño mexicano”, gestión del Presidente Municipal de Guadalupe y Calvo, Ingeniero Noel Chávez Velázquez.
Con su legado nos deja ver que vivimos en un México donde SI SE PUEDE, donde el sueño mexicano está aquí y no en otro país; que hay que luchar por nuestra tierra, sentirnos orgullosos de lo que somos y de dónde venimos.
Arnoldo recuerda su primer calzado. Fueron unas botitas azules, de tubo corto. Al medírselas se dio cuenta de que no eran de su talla, pero si lo decía, se las darían a otro de sus hermanos. Por eso, cuando le preguntaron sus padres que si le quedaban, sin dudar, juró que sí. “Y en mi tierra el que jura algo es hasta la muerte” De otra manera no podría asistir a la boda de su tío, porque en ese entonces el que no llevaba zapatos no entraba a la fiesta.
Los retos aparecieron a los 17 años de edad cuando terminó la primaria y decidiera salir de su lugar de origen para llegar a la ciudad de Chihuahua con la idea de trabajar duro como en el campo. Él dice que tenía “su disco duro formateado para laborar como campesino”. Así empieza trabajando de portero, albañil, velador, entre otros. Al poco tiempo, por la necesidad y el hambre, con un grupo de amigos y $18,000 pesos, en 1975 comienza a vender pollo asado con una receta de marinado que hace su familia. Abre un pequeño restaurante convirtiéndose en un éxito en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.
Así en 1980 su negocio creció de tal manera que vio nacer la cadena Pollo Feliz; para los noventas logra que las familias mexicanas reconozcan su marca, alcanzando un total de 167 ciudades del país.
“Esto nos lleva a tomar esperanzas, porque todo lo mueve la fe y el amor. ¡Vamos a ser propositivos y tomar acciones que harán la diferencia!”.
El Pollo Feliz es algo más que una popular cadena de comida. Es el resultado de 40 años de esfuerzo y espíritu emprendedor por parte de una familia de 14 miembros que decidió invertir sus últimos ahorros en un sueño: un pequeño negocio de pollos asados al carbón en las calles de Chihuahua. Su cabeza de familia, buque insignia y fundador de la empresa es Arnoldo de la Rocha. “Lo hicimos con muchísima pasión, partiendo de pequeñas inversiones familiares”, relata el empresario.
Cuatro décadas después, la familia De la Rocha ha recogido los frutos de ese empeño: 800 sucursales en México y 12 mil colaboradores, además de socios e inversionistas.