Se retira el Profesor Melchor Silva Rosales de la crónica deportiva y los micrófonos
Luego de 36 años de incursionar en los medios como cronista deportivo y locutor
Por: José Luis Reyes Serrano
Parral.- “Con esto no contábamos mi Chepo” Me dijo el Profesor Melchor Silva Rosales cuando le trasladaba a Matamoros a cubrir un partido de béisbol de la liga regional y nos encontramos con un arroyo crecido en el acceso al estadio.
Era por allá en el año 2000 en la cobertura de la Liga Regional de béisbol y ambos trabajábamos para Radio Mexicana 810 AM del Grupo Radiofónico Zer, al fin de cuentas pudimos llegar al estadio y sacar la transmisión al aire.
Pero voy más atrás. “El Chory”, como siempre le conocimos muchos, comenzó como los grandes picando piedra, yo le recuerdo como si fuera ayer sentado en el histórico banquito redondo de la cabina de XEGD.
Yo estaba aún muy “Chavo”, pero recuerdo bien que mi padre me decía “este profe lo que tiene de chaparrito lo tiene de talentoso, si se aplica y maneja su voz correctamente llegará lejos”.
Más tarde hizo mancuerna con Rafael Velázquez Soto, donde compartían las narraciones beisboleras, ese fue el inicio del Profe en el ámbito de la crónica deportiva.
Lo he visto pasar por varias estaciones de radio las cuales, a decir verdad no valoraron en su momento la peculiar manera de Silva Rosales para narrar béisbol y desempeñarse además como excelente locutor.
Otro de los motes cariñosos que le aplicó mi padre fue del de SEMPITERNO, y si no mal recuerdo el Profesor escribió hasta un libro con la dedicación plena y narrativa excepcionales.
Hoy que, luego de 36 años ha decidido retirarse es oportuno reconocer la trayectoria de uno de los grandes comunicadores y cronistas que Parral ha dado al mundo.
En lo personal, como ya lo he citado, lo vi iniciar en los medios de comunicación con una característica que a la fecha conserva y lo ha llevado al éxito, LA CABALLEROSIDAD.
Buen amigo, buen padre de familia, esposo, abuelo en fin.
Un hombre bueno que combinó en varias etapas de su vida profesional el magisterio con la comunicación, y que sin duda se convierte a partir de hoy en una leyenda.
Citando a Ana María Rabatté y Cervi: “En vida hermano, en vida”.
Felicidades mi Profe; Misión más que cumplida, un placer haber trabajado con usted y haber aprendido de su atinada manera de trabajar.
Recordando siempre su grito cuando alguien era ponchado:
¡ÁAAAAAAAABANICA!