¡El Afilador!
Don Dámaso recorre las calles desde hace años en busca de objetos que afilar
Por: Víctor González
Parral.- Armado con un esmeril y su peculiar silbato, Dámaso Rivera sale a las calles a ofrecer sus servicios como afilador, le respaldan muchos años en el oficio, su experiencia, y ahora además de su característico anuncio con su silbato se hace acompañar de una bocina con música.
Sale de su hogar en el barrio de La Peña todos los días, en espera de que alguien contrate sus servicios; “cuchillos, machetes, tijeras, cualquier cosa que necesite filo, de eso me encargo yo, le pido a la gente que me dé trabajo, yo de eso dependo”, manifiesta.
No pierde el buen humor ni la esperanza de obtener el sustento diario con su trabajo, garantiza que hará lo necesario para dejar bien filoso lo que se le pida.
Dámaso es un luchador y no baja la guardia, siempre ofrece una actitud servicial y recorre la ciudad con el convencimiento de que habrá quienes requieran de su trabajo.
“Aquí ando chambeando, ya la gente sabe al escuchar mi silbato que ¡llegó el afilador!”, y lo hace sonar con ese tradicional sonido que no necesita mayor anuncio, pues la gente se ha familiarizado con éste y advierte de su paso con solo escucharlo.
“Dígales que me apoyen, que me den trabajo porque yo de esto vivo,” menciona mientras de su bocina que lleva colgada salen melodías que amenizan su caminar por las calles, claro, alternada con el silbatazo que es su carta de presentación.