‘Cuando venía acá, me apuntaban con un arma y me decían: no corras’
Con llagas en las manos, golpes en la espalda y en medio de una crisis nerviosa, Alexander de 25 años de edad logró llegar hasta el exterior del campamento migrante, donde se desmayó a los pies de otro extranjero, después de escapar un grupo de hombres armados, según relató quien ayer mismo fue integrado en un programa de protección, por parte de una organización.
El colombiano, quien ya cuenta con una cita para ingresar a Estados Unidos a través de CBP One, narró que la tarde del lunes cinco migrantes, dos de Venezuela, dos de Guatemala y él, estaban en la zona Centro, cuando una camioneta se les acercó y los hombres que viajaban en ella les ofrecieron trabajo en la construcción, con un sueldo de 600 pesos por día.
Dijo que los cinco hombres aceptaron, por lo que fueron trasladados “lejos, lejos, hasta un despoblado”, en donde había una casa de dos pisos y ellos comenzaron a pintar y a hacer trabajos de construcción desde la tarde del lunes hasta la mañana de ayer, pero cuando pidieron que les pagaran comenzaron a golpearlos y luego llegó un grupo armando y los siguió atacando.
“Llegaron unos hombres en dos camionetas, eran hombres con chaleco verde, tenían botas. Nos dijeron: no, ustedes son migrantes, ustedes son una basura. Nos pegaron, me pegaron cuatro, me pegaron un garrotazo. A los otros cuatro los subieron a las camionetas y se los llevaron, yo corrí y me persiguieron… cuando venía acá, me apuntaban con un arma y me decían: no corras, porque si corres te vamos a disparar”, narró sentado en el piso, lleno de tierra, con la voz entrecortada y sin poder dejar de temblar.
El colombiano narró todo a varios migrantes, quienes al verlo caer se acercaron para ayudarlo. Y aunque a unos metros se encontraba un grupo de policías municipales, dijo temer también de ellos, por lo que buscaba en dónde resguardarse, mientras que el resto de los extranjeros le decían que acudiera a entregarse a un puente internacional, ya que su vida corría peligro.
“Nos llevaron a trabajar, pero lejísimos, era una camioneta azul, traían botas”, dijo sobre los hombres que se los llevaron a trabajar. Mientras que el grupo armado, conformado aproximadamente por siete hombres, arribó al lugar en donde trabajaban en una camioneta negra y una roja, con llantas muy grandes, recordó.
“Se llevaron a cuatro, yo salí corriendo cuando vi que empezaron a echarlos al carro (camioneta)”, narró quien llegó hace un mes a Ciudad Juárez, después de salir de Colombia, en donde mataron a sus dos padres y se quedó sin familia en su país.
Con información de: eldiariodechihuahua.com