De 10 acuíferos en crisis, 7 están en Chihuahua
Chihuahua, Chih.- La autoridad se ha visto rebasada en la expedición y renovación de concesiones para la extracción de agua, así como en el estricto cumplimiento de la Ley de Aguas Nacionales, en sus facultades de inspección, clausura y aplicación de sanciones; en tanto, la falta de supervisión, vigilancia y sanción, ha provocado corrupción e impunidad, ratificó el experto en la materia Kamel Athie Flores.
En temas que trata ampliamente en el libro “Aguas nacionales y los acuíferos de Chihuahua: Frenar el colapso que viene”, el experto sostiene que la situación de los acuíferos es muy delicada, con tendencia a agudizarse por el abuso y sobreexplotación que se está experimentando en algunas regiones de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Guanajuato, Estado de México, San Luis Potosí, y Sonora, que son los más vulnerables.
“Es tan grave la situación que de los 653 acuíferos existentes en el país, 105 están en condiciones de sobreexplotación (una quinta parte en Chihuahua); otros 245 ya no cuentan con disponibilidad de nuevas concesiones, en 32 el agua es salobre, y en 18 hay intrusión salina”, agrega.
Dijo que de los 10 acuíferos más sobreexplotados, siete corresponden a Chihuahua, Los Juncos, Laguna de Hormigas, Laguna de Santa María, Laguna de Tarabillas, Meoqui-delicias, Laguna La vieja y Jiménez-Camargo.
Kamel Athie, experto en la materia, indicó que según datos proporcionados por una investigación pudieron percatarse que los abusos en la extracción no sólo se deben a la falta de vigilancia y aplicación rigurosa de la Ley de Aguas Nacionales, sino a la obsolescencia de dicha ley
Expresó que durante la investigación para realizar el libro mencionado y editado en 2020 en coautoría con Melchor López Ortiz, pudieron percatarse que los abusos en la extracción no sólo se deben a la falta de vigilancia y aplicación rigurosa de la Ley de Aguas Nacionales, sino a la obsolescencia de dicha ley, que permite la proliferación de pozos con un solo título, así como el acaparamiento del agua subterránea, entre otras deficiencias.
En el caso de Chihuahua, de los 61 acuíferos, en 47 ya no hay volumen disponible para nuevas concesiones, mientras que en los otros 14 aún hay volumen disponible para ellas.
Indicó que –como lo refiere en el texto académico editado por la UACH- la Conagua ha estado emitiendo concesiones en acatamiento a los Decretos de facilidades administrativas para regularizar aprovechamientos de agua subterránea que estaban sin concesión, principalmente entre 1994 y 2001.
Pero el registro de pozos en zonas catalogadas como de “libre alumbramiento” con el decreto de suspensión del 5 de abril del 2013, hubo impacto fuerte en el déficit, en al menos ocho acuíferos.
Agrega que no existe medición volumétrica en el gran universo de pozos, por falta de personal y tecnología moderna para la verificación de medidores, donde la autoridad como los concesionarios tienen responsabilidad.
Desde el punto de vista del experto, no hay un uso eficiente del agua, tanto en la extracción, así como en su distribución y aplicación en riegos; hay una deplorable eficiencia en el funcionamiento electromecánico de los equipos de bombeo, tanto en los pozos agrícolas como en los de agua potable.
“Hay un gran rezago en Conagua referente a regularización, renovación y expedición de títulos de concesión, por lo extenso del territorio estatal y por la gran dispersión y enorme cantidad de pozos abiertos (legales e ilegales)”, apunta.
La reducida plantilla de personal técnico con que cuenta la autoridad genera un gran reto para atender alrededor de 25 mil trámites que tienen una gran dinámica de movilidad, ya sea porque deben apegarse a nuevos decretos, porque son sujetos a renovaciones, porque los tenedores decidan transmitir sus concesiones, o bien, soliciten una relocalización de pozo, comentó.
PROBLEMA MUNDIAL EL DEL AGUA
De acuerdo con Kamel Athie el 30% del agua potable en el mundo está en los acuíferos subterráneos y en la humedad del subsuelo.
Pero tal vez en los acuíferos subterráneos ya no existe ese 30% que se ha estimado por el abuso que se ha hecho de ellos.
“El agua subterránea es no renovable por el lento proceso de recarga natural que puede durar cientos y hasta miles de años, proceso obstruido por la progresiva deforestación, contaminación y alteración del ciclo hidrológico”, comentó.
Alertó que en un par de décadas el 60% de la población mundial habitará en ciudades, por lo que es de esperarse que el agua del subsuelo disminuya drásticamente. “México y Chihuahua están en estas circunstancias”.
Para dar una idea de la gravedad del problema de sobreexplotación de los acuíferos, en la India había menos de un millón de pozos en 1960, en tanto que en el 2000 se habían contabilizado cerca de 19 millones de perforaciones.
“En países árabes la sobreextracción es obligada por la crisis para obtener el agua, con un indicador de disponibilidad de habitante por año de mil m3, y en algunas regiones baja hasta 500 m3, mientras en México, que también sufre estrés hídrico, en 2016 este indicador era de 3,800 m3 por habitante por año”.
Nuestro país –dijo- debe tomar experiencias de otros países africanos, árabes y asiáticos y frenar su propio colapso.
El agua del subsuelo también está enfrentando los desafíos del crecimiento poblacional, tanto en las megalópolis, como en las ciudades medianas y pequeñas, pero también en el medio rural, que está muy descuidado en materia de abastecimiento y saneamiento, de acuerdo con el experto.
Los acuerdos o decretos de veda son estratégicos para mantener los acuíferos en equilibrio, pero tienen poca utilidad y eficacia si no se acompañan de medidas de supervisión y vigilancia.
Expresó que hay muchas iniciativas, leyes o decretos, “son bienvenidas”, pero nunca se reflexiona sobre los costos y efectos que esas medidas producen para poder ser instrumentadas y cumplidas.
En el caso de la protección de las aguas subterráneas, “la utilidad de estos decretos ha sido parcial en virtud de la falta de una promoción e instrumentación adecuadas”, lo anterior es así, agrega, porque desde el primer ordenamiento a la fecha, han aumentado de 3 a 19 los acuíferos sobreexplotados, en buena medida también por falta de supervisión, vigilancia y sanción, lo cual provoca corrupción e impunidad.
Los decretos, acuerdos y lineamientos para preservar los acuíferos si bien son estratégicos, significan sólo una de las medidas, por lo que deben acompañarse de otras políticas e instrumentos del gobierno federal, tales como la organización de los productores en unidades o distritos de riego, para la dotación volumétrica en cada uno de los pozos, uso eficiente del agua, otorgamiento de tarifas eléctricas preferenciales y otros subsidios orientados a estimular la producción e ingresos de los productores.
“Hay que reconocer que en medio de severas restricciones presupuestales, la autoridad del agua está avanzando en la modernización e implantación de sistemas computacionales, en la parte de administración del agua; sin embargo, para una supervisión preventiva y eficiente, se requiere la adopción de nuevas tecnologías de detección satelital para combatir la perforación ilegal de pozos; se necesita también de la telemetría para controlar los volúmenes de extracción de cada aprovechamiento”.
Indicó que no todo es problema de la autoridad, “muchos poseedores de los títulos de concesión, por su indolencia, desidia o ignorancia, no pudieron aprovechar los beneficios de los acuerdos o decretos, lo que incidió en rezagos administrativos, inconformidades y hasta conflictos, dado que el número de tenedores de títulos que han ignorado los acuerdos y decretos en el caso de Chihuahua suman miles”.
La libre perforación de pozos provocó la extracción de agua subterránea en forma irracional, intensiva y fuera de control, provocando una decreciente disponibilidad hídrica y deterioro de calidad del agua, limitando el crecimiento económico, así como el abastecimiento de agua a los hogares, principalmente en los municipios de Chihuahua, Cuauhtémoc, Jiménez y Parral, e infinidad de comunidades rurales.
“De continuar esta preocupante tendencia es de esperarse que en el mediano y largo plazo se agudicen y proliferen los conflictos entre los usos del agua, y entre los propios usuarios, en tanto que los niveles productivos y contribuciones al PIB estatal y nacional que ahora son relevantes, puedan revertirse colapsándose regiones completas”, adelantó.
La paradoja es que los acuíferos están siendo sometidos a una sobreexplotación progresiva, mientras hay más y más cultivos de alta densidad y rentabilidad económica, pero muy consumidores de agua, como son el nogal, la alfalfa, algodón y maíz de alto rendimiento.
Además de ser cultivos “sedientos”, en la mayoría de las fincas las prácticas de riego son arcaicas y se desperdicia hasta el 60% del agua que se obtiene del subsuelo. Urgió a la adopción de medidas correctivas y preventivas drásticas y urgentes, porque de lo contrario, “las regiones de Chihuahua que ahora son prósperas y descollan a nivel nacional con primeros lugares en productos de alta densidad económica, tenderán a colapsarse inexorablemente y convertirse en páramos improductivos y erosionados, dejando además sin agua a las ciudades”.
Las ciudades de: Juárez, Chihuahua, Cuauhtémoc y Jiménez, tienen crisis de dotación de agua en virtud del abatimiento de los acuíferos que las circundan, explicable en una parte, por el crecimiento demográfico, pero más que nada por incremento en las superficies dedicadas a cultivos sedientos de nogal, alfalfa y maíz de alto rendimiento, precisó.
Ante todo ello, “es obligado realizar profundas reflexiones sobre lo que puede ocurrir si no se le otorga la máxima prioridad al tema del agua, mediante la aplicación de un marco legal que responda y resuelva la desarrollo, programas y proyectos, con mayores presupuestos, así como en la formulación de políticas públicas, para garantizar la sustentabilidad del recurso y el desarrollo económico y social de estados y municipios”.
En el caso de los acuíferos sobreexplotados es necesario reiniciar y mantener un monitoreo piezométrico sistemático anual, con el objetivo de observar la evolución de los niveles del acuífero, que servirán para la aplicación de modelos de simulación, para así tomar las mejores decisiones en el ajuste de la extracción, y si fuera necesario, ajustar los volúmenes establecidos en las concesiones, inclusive si así se requiere establecer medidas drásticas de urgente aplicación.
Con información de: lediariodechihuahua.com