AUDIO│No se disfruta el béisbol, sin un lonche de “Gardea”
Desde hace 65 años, Héctor Gardea Muñíz vende su producto principalmente en los estadios
Por Víctor González
Parral.- Acudir a un partido de béisbol y no disfrutar además de las grandes jugadas de un lonche de con “Gardea”, equivale a no haber acudido nunca al juego de pelota. Pues una buena atrapada, un palazo de vuelta entera o un buen ponche se disfrutan más con uno de los tradicionales manjares que, desde hace 65 años se disfrutan en los estadios.
Héctor Gardea Muñiz es su nombre de pila, pero todo mundo lo conoce solo por su apellido y la mágica manera en que sus suculentos lonches de pan blanco quitan el hambre, inclusive, una serie de “maloras” cronistas deportivos con cariño de por medio se atrevieron a nombrarlos “La última Cena”, en alusión a la deliciosa y picante salsa verde que suele ponerles.
Desde hace mucho tiempo se alcanza a ver deambular desde lejos la cuchara inmersa en la cazuela de la salsa en mención, abriéndose paso entre las tribunas ofertando las distintas variedades.
¿De qué traer Gardea? Preguntan los aficionados al béisbol mientras comienzan a saborearse en cuanto va describiéndoles el menú: Chicharrón, picadillo, asadero, deshebrada, queso amarillo, queso de puerco, jamón con queso y aguacate, eso sí, con su respectivo cucharón de salsa al gusto del cliente.
Gardea recuerda cuando comenzó en sus años mozos y ahora a sus 80 de edad, el tiempo pareciera no haber pasado, pues el sabor es el mismo y la presentación también, cajas de cartón con su mantelito envolviendo el delicioso lonche que durará muy poco para ser degustado.
En tiempo no beisboleros, el peculiar personaje no desaparece de la escena, pues sale a las calles a ofrecer sus lonches y no falta quien antojado le compre de a uno, o de a muchos; eso depende el hambre o del día porque en lunes, para la cruda es muy bueno uno de chicharrón con mucha salsa, pa’ que amarre.
Héctor, recuerda que incluso su propia familia radicada fuera del país le llaman ocasionalmente y le hacen saber que extrañan sus lonches, igual que muchos que salieron de Parral pero siguen siendo clientes de buen diente, y de lo cual da cuenta cierto abdomen no muy marcado que digamos.
Los Loches de Gardea son parte de una tradición combinada entre el deporte más querido en Parral, y un sazón cuyo principal ingrediente es la sencillez, el sabor y la original presentación con que son ofrecidos.
Así, desde las gradas del vetusto estadio Valente Chacón Baca, luego a las del Gran Estadio Parral, y por las calles de Parral sigue escuchándose el grito: ¡Llegaron los Lonches! ¡Llévelos!