Hay 458 indígenas en cárceles del estado
Delitos como homicidio, violación y robo mantienen en los penales de Chihuahua a 458 personas pertenecientes a pueblos originarios, la mayoría de origen rarámuri, quienes a veces son inculpadas por sus propias autoridades tradicionales, sin que se puedan defender ante la justicia chabochi porque no entienden el español.
Rosalinda Guadalajara Reyes, líder de la colonia Tarahumara en esta frontera, destacó que en la comunidad ubicada en las faldas de la sierra de Juárez se ha luchado contra temas como el alcoholismo y la violencia de género, por lo que desde hace años no se ha registrado algún delito cometido por alguien de su colonia en la ciudad.
Sin embargo, dijo que personas rarámuri provenientes de municipios como Guachochi y Chihuahua sí han sido trasladadas en ocasiones al penal estatal de Ciudad Juárez, por distintos motivos.
La líder rarámuri y traductora intérprete perita explicó que entre las causales de los delitos cometidos por los rarámuri en el Estado se encuentra el alcoholismo y que en la Sierra Tarahumara algunos son obligados a trabajar con el crimen organizado, aunque muchas veces son inculpados.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) de las 458 personas indígenas que había privadas de la libertad en los penales de Chihuahua hasta finales de julio, 273 estaban acusadas de homicidio, diez de homicidio con penalidad agravada por razones de género, 92 por violación, 15 por lesiones, 14 por robo, 14 por abuso sexual, 10 por violencia familiar, nueve por secuestro, seis por daños, tres por trata de personas y tres por daños contra la salud.
El resto fueron detenidos acusados de parricidio, portación de arma de fuego de uso exclusivo, privación de la libertad, retención y sustracción de menores, robo de vehículo, tráfico de menores y tentativa de homicidio.
La originaria de Tecorichi, municipio de Carichí, Chihuahua, explicó que en algunos casos el alcoholismo provoca que cometan el delito, y en otros aunque son inocentes el consumo de alcohol los inculpa y no saben cómo defenderse.
“Algunos sí son culpables, porque los meten a trabajar con el crimen organizado; por ejemplo, en sembradíos de mariguana, o los obligan a trabajar ahí o porque no tienen otra salida más que entrar a trabajar en eso, son varios factores”, lamentó quien en esta frontera se ha preocupado por evitar la violencia entre los habitantes de su colonia, lo cual ha logrado con éxito.
Según los Censos Nacionales de Sistemas Penitenciarios en los ámbitos federal y estatal (CNSIPEE-F) 2023, realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las personas privadas de la libertad de origen rarámuri son el segundo grupo originario en los penales del país, solo por debajo de los internos del pueblo náhuatl.
A finales de 2022 sumaban 7 mil 506 internos pertenecientes a algún grupo indígena en el país, 16.6 por ciento del pueblo náhuatl, 7.2 por ciento rarámuri o tarahumara, el 6.8 maya, el 6.5 tseltal, el 6 por ciento zapoteco, 5.9 mixteco, 5.4 otomí, 5.4 tsotsil y el resto de los pueblos mazateco, chinanteco, ch’ol, mixe, tepehuano, cora, tlapaneco, mazahua, huichol, zoque, huasteco, tarasco o purépecha y yaqui, entre otros.
Con información de: eldiariodechihuahua.com