AUDIO│Barría las calles de San Francisco del Oro a sus 78 años
Tras ser despedida del ayuntamiento aseguró que buscará suerte en Juárez
Por: Adrián Gómez
Parral.- Entre los manifestantes enardecidos por ser despedidos de sus funciones en el ayuntamiento de San Francisco del Oro, una mujer alzaba su voz pidiendo lo justo para ella y sus compañeros; exigía se le regresara su trabajo o se le pagara su tiempo trabajado.
Su avanzada edad no fue limitante para, en conjunto con sus compañeros, apoderarse de la Presidencia Municipal en una manifestación por la injusticia que acaban de sufrir.
Soledad Molina es su nombre, y con 78 años de edad, llevaba trabajando cinco años para la alcaldía actualmente presidida por Arturo Huerta. Barrer las calles y plazas eran sus funciones, las cuales pese a su edad, realizó constantemente.
“Estoy fuerte como roble”, dijo sonriendo y asegurando que mientras tenga al de arriba con ella seguirá trabajando hasta que la vida se lo permita, ya que tiene un hijo enfermo de complicaciones mentales.
La mujer de avanzada edad platicó que su salario en el ayuntamiento era de 3 mil 100 pesos, cantidad que aseguró, no era suficiente, sin embargo, lo hacía rendir para comprar lo básico y continuar apoyando a su hijo.
“Ahora que el presidente nos corrió la noticia no me cayó de perlas, pero de ser honesta ya lo veía venir. Mis compañeras siempre me echaron mucha grilla con el alcalde diciendo que las calles y las plazas las dejaba muy sucias, además el Oficial Mayor nunca me ha querido, por lo que fue obvio que me corrieran”, expresó.
Ante el complicado panorama económico que se vislumbra en su horizonte, Soledad dijo que buscará viajar a Juárez y ahí establecerse, ya que en la ciudad fronteriza se encuentra uno de sus hijos.
Finalmente, pese a la severa afectación que le ocasionó el Presidente Municipal Arturo Huerta al despedirla de manera injustificada, aseguró estimarlo y respetarlo; “me dejó sin trabajo, sí, pero siempre lo he apreciado mucho. Ayer se le iban a echar encima pero intervine, si ya estamos fregados, para que nos fregamos más”, citó.
Tras sus palabras, tomó una pequeña bolsa con tres burritos en su interior, los cuales dijo que le regalaron para que desayunara. Con paso firme, caminó en dirección hacia sus compañeros y nuevamente se unió a la búsqueda de lo justo.
Es solo un caso de los muchos que salen a la luz luego de la medida extrema adoptada por el edil aurífero en medio de una crisis financiera histórica, misma que pese al anunciado recorte de personal se avizora que incluso se herede a la próxima administración.