Propongo acelerar la transición a la electromovilidad en Chihuahua
En una iniciativa reciente propuse adicionar una fracción a la Ley de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente del Estado, en la cual se contemple la promoción de la electromovilidad.
Es urgente que Chihuahua se comprometa a tener políticas públicas integrales que promuevan la electrificación del parque vehicular.
Por lo que hace a la distribución de la venta de vehículos electrificados por entidad federativa, el 46.9% del total corresponde a cuatro entidades: Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León y Jalisco, Chihuahua no está siquiera en el top 10.
En el 2021 42,969 vehículos con tecnologías electrificadas; 838 vehículos eléctricos, 3,013 híbridos conectables y 39,118 híbridos. Lo cual implica que la participación de este tipo de vehículos representa el 4.7% del total de la venta de vehículos ligeros nuevos en México, la más alta en América Latina.
En estos momentos en todo el mundo esta alternativa se está consolidando, por su viabilidad y sostenibilidad, además de que es un cambio significativo en el paradigma del transporte contemporáneo.
Ya que los vehículos eléctricos no emiten dióxido de carbono (CO2) ni otros contaminantes que contribuyen al smog y a la mala calidad del aire en las ciudades.
De acuerdo con el reporte de Electromovilidad de las Naciones Unidas de 2019, en Latinoamérica, el sector transporte es responsable del 22% de las emisiones contaminantes y del 15% de los gases de efecto invernadero.
A pesar de los numerosos beneficios, la electromovilidad enfrenta varios desafíos. Uno de los más significativos es la infraestructura de carga. Para que los vehículos eléctricos sean una opción viable para todos, es necesario contar con una red amplia y accesible de estaciones de carga.
Actualmente, en muchas regiones, la falta de infraestructura de carga adecuada es una barrera importante para la adopción masiva de los VE. Las inversiones en infraestructura de carga, tanto pública como privada, son esenciales para superar este obstáculo.
Otro desafío es el costo inicial de los vehículos eléctricos, que sigue siendo más alto que el de los vehículos de combustión interna, una buena noticia es que los costos de las baterías y otros componentes están disminuyendo, y se espera que se vuelvan más asequibles en los próximos años.
De hecho, diversos gobiernos se encuentran entregando incentivos fiscales y subsidios para fomentar la compra de vehículos eléctricos, lo que ayuda a reducir la brecha de costos.
De cualquier manera, las perspectivas futuras de la electromovilidad son prometedoras. Con el avance continuo de la tecnología, la reducción de costos y el aumento de la conciencia ambiental, se espera que la adopción de vehículos eléctricos crezca exponencialmente en los próximos años.
En conclusión, la electromovilidad representa una oportunidad significativa para avanzar hacia un transporte más sostenible y eficiente. A pesar de los desafíos, los beneficios ambientales, económicos y de salud pública son claros. Con un enfoque coordinado y comprometido, es posible superar las barreras y fomentar la adopción masiva de vehículos eléctricos.
La transición hacia la electromovilidad no solo es una necesidad imperativa para combatir el cambio climático, sino también una oportunidad para mejorar la calidad de vida y crear un futuro más limpio y saludable para todos.