Viven migrantes un ‘viacrucis’ en Chihuahua
Ciudad Juárez.– Las altas temperaturas del desierto, las extorsiones, secuestros y engaños por parte de los grupos delictivos, y los operativos y abusos de las autoridades forman parte del ‘viacrucis’ que viven los migrantes en el estado de Chihuahua.
“México es muy duro, es lo más duro del viaje (…) todo el viaje es un viacrucis, la selva, la delincuencia en la frontera con Guatemala, pero lo más difícil es subir por México, a mí me secuestraron en Chihuahua”, relató “Joel”, un venezolano quien durante cuatro días sufrió también las altas temperaturas mientras acampaba en el bordo del río Bravo.
Entre el temor de ser encontrado por las personas que lo tuvieron privado de la libertad dos semanas, el calor extremo de la frontera y los traficantes de personas que lo amenazaban constantemente en los límites de México para que se retirara, el sudamericano decidió refugiarse en la ciudad en busca de trabajo, pero sin conseguir un documento oficial para permanecer temporalmente en el país.
“Los migrantes están abandonados, las autoridades trabajan la contención, la persecución”, lamentó Cristina Coronado, coordinadora del comedor para migrantes de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
De acuerdo con el Seguimiento de Flujos de Población Migrante de la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas (OIM–ONU Migración), entre enero y marzo de 2024 se recogió información de 777 personas que permanecían en Ciudad Juárez, el 60 por ciento de las cuales salieron de sus lugares de origen debido a la inseguridad y violencia.
Pero la seguridad también se encontró entre las principales necesidades en esta frontera que fueron señaladas por las personas encuestadas. En el caso de los cubanos lo hicieron el 14 por ciento, el 12 por ciento de los mexicanos, el 11 por ciento de los venezolanos, el 10 por ciento de los guatemaltecos, el 6 por ciento de los hondureños y el 6 por ciento de los salvadoreños.
Casos de privación de la libertad
Según datos de la Fiscalía de Operaciones Especiales y Antisecuestros de Chihuahua, del 1 de enero al 11 de junio de 2024 se habían descubierto 19 casos de privación de la libertad de personas migrantes en la ciudad, con un total de 115 víctimas, de las cuales 98 fueron liberadas tras el rescate de las autoridades, 16 por negociación y una más murió por muerte natural.
En el mismo lapso fueron detenidas 48 personas por el delito de secuestro, 43 en flagrancia y cinco por orden de aprehensión; la Fiscalía logró cinco sentencias condenatorias de 12 personas, mientras que 39 más fueron vinculadas a proceso.
Además del incremento en el delito que ya había sido erradicado en el estado, la tortura de los victimarios se ha convertido en una alerta para las autoridades, las cuales han documentado “tablazos”, quemaduras, violaciones sexuales y la grabación de videos con armas de fuego apuntando a sus cabezas para obligar a sus familiares a pagar los rescates.
Uno de los últimos casos fue descubierto gracias a las autoridades de Estados Unidos, luego de que el pasado 8 de junio el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) reportó haber obtenido información por parte de dos víctimas que cruzaron la frontera para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso, a quienes les narraron las torturas a las que habían sido sometidas hasta que sus familiares pudieron pagar un rescate.
De acuerdo con el gobierno estadounidense, “los agentes especiales de Investigación de Seguridad Interior asignados a Las Cruces y la oficina del agregado en Ciudad Juárez desarrollaron información que compartieron con la Policía Estatal de Chihuahua y la Secretaría de la Defensa Nacional de México que ayudó a localizar el escondite”.
El operativo logró la liberación de 13 migrantes secuestrados y la detención de Jesús Tomás C. S., de 24 años de edad; Oswaldo P. M., de 19 años; Lilia Estefani C. P., de 22 años, y Diana Michell S. V., de 20, así como dos menores de edad de 16 y 17 años, acusados de tortura por quemaduras y agresión sexual.
La seguridad, la alimentación y el alojamiento son actualmente las principales necesidades señaladas por quienes permanecen en Juárez en espera de poder ingresar a Estados Unidos por medio de una cita gestionada a través de la aplicación digital CBP One, y en el último mes el calor se ha sumado a sus penurias.
Rescates humanitarios
Según datos de la Patrulla Fronteriza, del 1 de octubre de 2023 al 27 de junio de 2024 –lo que va del AF–2024–, sus agentes han logrado 712 rescates humanitarios en el Sector El Paso, mientras que 102 personas más han perdido la vida en la frontera que abarca aproximadamente 432 kilómetros de Nuevo México y Texas con Chihuahua.
Sólo en las últimas dos semanas han sido rescatadas 31 personas y 25 más han muerto tras ingresar de manera irregular al vecino país, por lo que alertaron a los migrantes para que no se dejen engañar por los traficantes de personas que ponen en peligro sus vidas.
Migrantes que permanecen en Ciudad Juárez también les piden a otros que vienen en camino que no se arriesguen y mejor esperen una cita a través de la aplicación CBP One.
“Esperen su cita, porque es muy duro, es muy duro la verdad, no se arriesguen con los niños porque si es duro para uno, es más fuerte para los niños. Yo por lo menos supe de una mujer que murió de deshidratación (…) yo llegué con deshidratación y mucha sed”, dijo Bilmari, una venezolana de 24 años de edad, quien lleva dos meses viajando desde su país.
Mientras espera una fecha para poder ingresar a Estados Unidos de manera regular, la sudamericana vive en las altas temperaturas de la frontera en el espacio en donde renta junto a tres migrantes más; sin embargo, sabe que intentar el ingreso irregular pondría su vida en riesgo.
Bilmari narró que sus amigos tuvieron que rodear el retén militar de Precos, en donde también se encuentran agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y vieron el cuerpo de la salvadoreña que perdió la vida el pasado jueves 13 de junio en el desierto de Samalayuca.
También supieron del hombre mexicano que murió en el desierto del ejido Jerónimo, cuando intentaba llegar a Santa Teresa, Nuevo México, pero al sufrir un golpe de calor fue abandonado por el “coyote” que lo llevaba hacia Estados Unidos.
“Pasé por el desierto en el tren; gracias a Dios que no me bajaron, hubiera sido una experiencia horrible. Y a mi pensamiento, lo mejor es esperar la cita, con calma y bueno buscar un trabajito, primero Dios todo sale, y yo sé que no es imposible, por algo Estados Unidos está colocando esa plataforma (…) yo sé que la frontera ahí va a estar y prefiero esperar a poner mi vida en riesgo”, dijo el venezolano Nelson Ramos, de 20 años de edad, quien desde hace unos días permanece en un hotel de la ciudad.