Calín, el vendedor de cubiertos de calabaza que endulza las calles de Parral
En la calle Villa Escobedo, justo cuando el reloj marca las 11:00 de la mañana, llega “Calín” en su motocicleta como todos lo conocen, con una sonrisa amable y su vitrina cargada de tradición.
Su especialidad son los “cubiertos” o dulces de calabaza, camote y chilacayote, productos que él mismo prepara con dedicación.
“Yo los preparo, y las abejas certifican el producto”, dijo con una sonrisa, mostrando su buen humor mientras invita a probar las delicias que vende por 25 pesos la pieza.
En un día normal, Calín logra vender entre 100 y 200 piezas, dependiendo del flujo de clientes. Durante la temporada de calor, diversifica su oferta y también prepara cócteles de fruta. “Siempre hay algo que ofrecer, porque de sol a grillo estoy aquí, trabajando y atendiendo a la gente”, comentó.
Sus dulces no solo son populares por su sabor, sino también por el cariño y empeño con los que los elabora. “Estamos a la orden, vengan a probar esos ricos productos. Todo está hecho con mucho cariño para que quede bien y la gente regrese”, aseguró.
Calín es un claro ejemplo de cómo las tradiciones culinarias siguen vigentes gracias a personas que, como él, trabajan día a día para compartir un poco de la riqueza gastronómica de la región.