La ONU “está lista” para enviar ayuda a Venezuela
GINEBRA.- Las agencias humanitarias de Naciones Unidas están listas para enviar y coordinar ayuda humanitaria a Venezuela, una vez que el presidente, Nicolás Maduro, así lo solicite.
“Las Naciones Unidas y mi oficina, la Oficina de Coordinación de Asistencia Humanitaria (OCHA), están listas para ayudar a Venezuela y para coordinar el flujo de ayuda internacional, si así es requerido”, declaró a Apro el portavoz de OCHA, Jens Laerke.
“Esta solicitud de asistencia internacional debe venir del gobierno, así es el procedimiento con todos los países”, remarcó y aclaró que el gobierno de Caracas no le ha solicitado ningún tipo de ayuda.
El portavoz explicó que OCHA sería el punto focal para distribuir medicamentos, alimentos y otros productos básicos que sean proporcionados por organismos de la ONU y organizaciones humanitarias para los venezolanos.
De igual forma, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) solamente puede operar en un país a petición del gobierno.
“Hasta la fecha, el PMA no ha recibido ninguna solicitud del Gobierno de Venezuela. Si el Gobierno lo solicita, el PMA proporcionará asistencia, tal como lo hacemos en Colombia y Ecuador, a petición de sus gobiernos. En estos dos países, estamos centrándonos en la prestación de asistencia alimentaria de emergencia a los migrantes vulnerables de Venezuela, en particular mujeres y niños”, dijo a Apro el vocero del PMA, Herve Verhoosel.
Resurgen enfermedades
En cuanto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), su vocero, Tarik Jasarevic, precisó que ésta ya cuenta con personal en territorio venezolano, pero que es necesario “escalar” la asistencia.
Cuestionado por Apro, aclaró que, “no obstante, se requiere una acción inmediata para hacer frente a las prioridades en el corto plazo”.
Especialmente, enfatizó, “para reducir el impacto que está teniendo la salida del país de personal sanitario. Y además, se deben racionar los recursos existentes mientras se movilizan recursos adicionales con el fin de hacer frente a los brotes de enfermedades y aumentar la capacidad del sistema de salud para ofrecer atención integral a las enfermedades prioritarias”, agregó el vocero de la OMS.
Según Jasarevic, la pérdida progresiva de la capacidad operativa en el sistema nacional de salud en los últimos cinco años se intensificó en 2017 y 2018, “afectando la prestación de atención médica gratuita y el acceso gratuito a los medicamentos”.
“Muchos hospitales operan en condiciones difíciles, y la Federación Médica de Venezuela estima que aproximadamente 22 mil médicos han emigrado fuera del país. Esta cifra representa, aproximadamente, un tercio de los 66 mil 138 médicos del país reportados en 2014”, precisó.
El diplomático explicó que el éxodo de médicos fuera del país ha afectado predominantemente a ciertas áreas de especialidad como neonatología, anestesiología, así como atención intensiva y de emergencia. De manera similar, se estima que unos seis mil bioanalistas y técnicos de laboratorio han abandonado el país. Además, entre tres mil y cinco mil enfermeras también han emigrado.
Para la OMS, el sistema de salud en Venezuela se encuentra actualmente bajo estrés, debido a una combinación de factores que incluyen la migración de la fuerza laboral de salud y la escasez de medicamentos y suministros de salud, particularmente en los niveles secundario y terciario.
Esto ha afectado el funcionamiento general de la red de salud y su capacidad para expandir rápidamente su respuesta a emergencias y brotes de enfermedades. Sin embargo, sostuvo que el sistema de salud “aún conserva cierta capacidad”, incluida la infraestructura de salud y la disponibilidad de recursos que se pueden movilizar para implementar acciones correctivas inmediatas.
Algunos datos recabados por la OMS señalan que los casos de malaria en Venezuela han aumentado significativamente en los últimos tres años, pasando de 136 mil 402 en 2015 a 240 mil 613 en 2016 y 406 mil 289 en 2017.
El sarampión ha sido reportado en los 23 estados y en el Distrito Capital de Venezuela. Entre julio de 2017 -cuando se confirmó el primer caso de sarampión- y finales de julio de 2018, hubo cuatro mil 272 casos, tres mil 545 de ellos en 2018.
La mayor incidencia de casos se ha registrado en Delta Estado de Amacuro (66.5 por 100 mil habitantes), seguido por el Distrito Capital (47 por cada 100 mil) y el Estado de Vargas (12.4 por cada 100 mil).
Del total de 62 muertes reportadas por sarampión, 53 tuvieron lugar en el estado de Delta Amacuro (la mayoría en comunidades indígenas), siete en Miranda y dos en el Distrito Capital. También se han detectado casos de sarampión del genotipo D8 asociado al brote en Venezuela en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. No obstante, las cifras podrían estar subdocumentadas.
La OMS consideró que la propagación del virus dentro y fuera del país se explica por muchos factores, entre ellos: cobertura de vacunación insuficiente dejando focos de población susceptible; sistemas de vigilancia inadecuados; retraso en la implementación de las medidas de control; baja capacidad de aislamiento y manejo adecuado de casos y un alto movimiento de la población a través de las fronteras durante la incubación o el período de transmisión del virus.
Además, en los últimos años, Venezuela ha experimentado un importante brote de difteria. El primer caso se detectó en 2016. Desde el inicio del brote hasta septiembre de 2018, se reportaron un total de mil 992 casos sospechosos, incluyendo 168 muertes. La tasa acumulada de letalidad es de aproximadamente 14%, detalló Jasarevic.
Respecto al VIH, según datos de la OMS, las nuevas infecciones aumentaron 24% de 2010 a 2016. El programa nacional de VIH/SIDA informa que 69 mil 308 de los 79 mil 467 pacientes con ese virus registrados para el tratamiento antirretroviral “no lo están recibiendo”.
Peor: “15 de los 25 medicamentos antirretrovirales adquiridos por el gobierno han estado agotados durante más de nueve meses”, lamentó Jasarevic.
Respecto a los casos de tuberculosis (TB), dijo que aumentaron entre 2014 (seis mil 63) y 2016 (siete mil 816). La información preliminar para 2017 indica 10 mil 185 casos, una tasa de incidencia de 32.4 por cada 100 mil habitantes, la mitad de ellos en el Distrito Capital y otros cuatro estados.
De acuerdo con lo observado por la OMS, los presos (15.7%) y los indígenas (6.8%) son los más afectados. Sumado a ello, entre 2014 y 2016, el número de casos de Tuberculosis (TB) farmacorresistente aumentó de 39 a 79. Sin embargo, admitió que la reciente falta de suministros de laboratorio ha afectado el diagnóstico de TB.
Los niños, los más vulnerables
Al ser consultado por Apro sobre el número de niños afectados por la situación en Venezuela, el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), Christophe Boulierac, reconoció que “evidentemente la hiper-inflación y otros factores han tenido un impacto en la población más vulnerable, que es la infantil. Desafortunadamente, debido a que contamos con datos limitados disponibles es difícil estimar el número de niños que necesitan asistencia”.
En este sentido, dijo que, “si bien ha habido informes no representativos que indican un aumento de la desnutrición infantil, así como la reaparición de enfermedades previamente controladas como el sarampión y la difteria, el gobierno ha tomado medidas, para mitigar el impacto de la crisis”.
Sin embargo, remarcó que ” aún queda mucho por hacer con la colaboración decisiva, el apoyo y la coordinación de todos los agentes pertinentes, incluido el gobierno, la comunidad internacional y la sociedad civil”.
Sin explicar la causa, reveló que el UNICEF “ha reducido significativamente su cooperación desde 2017, de acuerdo con el gobierno, y está decidido a aumentar aún más su apoyo en el corto plazo”.
Entre otras contribuciones, el organismo ha entregado suplementos nutricionales para ayudar aproximadamente a 152 mil 200 niños menores de cinco años en 422 comunidades vulnerables. Además, ha apoyado la vacunación infantil con 2.5 millones de dosis de vacunas contra el sarampión, ha proporcionado antiretrovitrales para dos mil 334 niños, así como tratamiento antimalárico para unos 195 mil infantes.
“Pero se necesita hacer mucho más”, concluyó Boulierac, portavoz del UNICEF.
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