Petra, la mujer que vive en una cueva de un siglo de antigüedad
Creel.- En las faldas de los riscos del Pueblo Mágico de Creel se encuentra el hogar de la señora Petra, quien junto a su familia hizo de una cueva su preciada morada. Al interior varios muebles, una cocineta y una hoya con la palabra “Matetereva”, dan muestra de la vivienda que por un siglo se ha formado.
Justo a un costado de la carretera de que conduce al lago de Arareco, se observa un cordón con varias prendas colgadas. Petra había aprovechado desde temprana hora hacer limpia de sus vestimentas, mientras los rayos del sol golpeaban la corteza de los inmensos pinos color verde de la sierra tarahumara.
Decenas de turistas descendían de sus transportes e iniciaban un ascenso de poco menos tres metros. En lo alto y sentada en una silla de tonalidad blanco, se encontraba la anciana mujer observando la llegada de los viajeros.
La brecha de tierra que conduce a una pequeña puerta localizada entre piedras, se encuentra rodeada de vegetación y pequeños puestos de madera, donde la artesanía típica del lugar es ofrecida a los visitantes, con el fin de recabar unas monedas y conseguir la comida del día.
“Buenas tardes, esta es su casa”, manifestaba Petra a quien se aproximaba al ingreso de la cueva que es su hogar. Desde el exterior, pareciera que la negrura de la oscuridad reinara, pero más allá de las sombras se localizaba el patrimonio de la noble mujer.
Una pequeña y desgastada puerta de madera marcaba la pauta a quien se disponía entrar. Al abrirla, el crujir de las bisagras anunciaban la llegada de un visitante más y una pequeña hoya con la palabra “Matetereva”, daba la bienvenida.
Al interior la visibilidad es escasa pero suficiente para apreciar cada mueble que conforma el hogar de Petra. Por encima de piedras, se encuentran colocados sartenes, platos y vasos, mientras que en un rincón se visualiza una cama cubierta con una cobija color café.
Tres sillas desgatadas y una mesa de madera, conforman el comedor central, mientras que a un costado se localiza aquel recipiente con la palabra que significa “gracias”, además de un texto que agradecía la cooperación obsequiada.
Petra señala que su familia ha vivido en la cueva de generación en generación, afirmando que, durante un siglo, sus seres queridos han crecido y vivido al interior de la antigua cueva del Pueblo Mágico de Creel.
“La madre de mi madre vivió aquí, y ahora me tocó el turno junto a mi familia”, comentó mientras un turista que llegó desde León, Guanajuato, preguntaba sobre una hierba que según afirman es milagrosa.
Los últimos rayos del sol terminaban por dar luz natural a la anciana mujer, los puestos aledaños comenzaban a concluir la venta, mientras que Petra sonriendo se incorporaba e iniciaba su caminar rumbo a la cueva oscura que convirtió en su hogar.