El día que México ganó el marcador, pero perdió credibilidad
Hay veces en las que ganar un partido no garantiza la satisfacción, ocasiones en las que un triunfador es el derrotado y que las culpas recaen sobre el victorioso. Es uno de los episodios más oscuros en la historia contemporánea de la Selección Mexicana a pesar de que el Tri tuvo un resultado favorable.
El 22 de julio de 2015, México dio una de las peores actuaciones recordadas recientemente en la Copa Oro. Semifinales ante Panamá, un conjunto aguerrido y que ya le había encontrado la medida a un Tri que ostentaba, como siempre y de facto, el título de ‘Gigante de la Concacaf’.
Pero los canaleros, verdugos de México en la edición pasada de este certamen, ofrecieron un partido intenso y, como consecuencia, los centroamericanos superaron ampliamente a los entonces dirigidos por Miguel Herrera, aunque en el marcador, la diferencia no fue holgada.
Ya cuando parecía que la historia se repetía, y Panamá volvía a sorprender, un balón al área que Esquivel no pudo tomar ante el anticipo de Román Torres, acabó por provocar una polémica acción en la que el defensa canalero cayó sobre el esférico intentando a toda costa una infracción; no obstante, el árbitro Mark Geiger decretó la pena máxima a instantes del silbatazo final.
México, que había llegado a este partido con otra marcación desde los 11 pasos muy dudosa ante Costa Rica en Cuartos de Final, recibió una cantidad de abucheos suficientes como para pensar que el Georgia Dome estaba fuera de Estados Unidos, sin ‘paisanos’ y con el ojo público encima. Panamá se fue encima de Geiger y, después, los jugadores abandonaron la cancha en señal de protesta.
Tras unos minutos de tensión y con una bronca incluida, los ánimos se calmaron, aunque propios y extraños se acercaron a Andrés Guardado para insinuar que, por “justicia”, el entonces jugador del PSV Eindhoven debía fallar la pena máxima, algo que no sucedió y México mandaba todo a tiempos extra.
Un derribo a Orozco, más claro que al anterior penal, decretó una nueva oportunidad desde el manchón penal para Andrés Guardado, otra vez en la mira obre debía fallar. Una vez más, el mexicano optó por enfrentar al portero Jaime Penedo con todo su arsenal y, de esta forma, firmar la voltereta el pase a la Final del conjunto mexicano en uno de los partidos más polémicos en la historia de la Concacaf.
A final de cuentas, México acabó por levantar el trofeo. La Final ante Jamaica representó el partido más convincente del Tri en un certamen en el que dejó más dudas que certidumbres. Una nueva Copa Oro pero, también, mucho menos credibilidad en lo que fue el último partido de Miguel Herrera en la dirección técnica nacional. El ‘ganador’ perdió.