Batalla por el Super Bowl 2020 se centra en el duelo Mahomes-Goroppolo
Los Chiefs de Kansas City buscan su segundo título en la NFL tras medio siglo de sequía.
Mientras que los 49ers de San Francisco intentan revivir sus viejas glorias de los ochenta. El festival del fútbol americano tiene como grandes protagonistas a los ejecutores de la táctica fija. Los mariscales de campo Patrick Mahomes, el joven prodigio de 24 años, se enfrenta a un renacido Jimmy Garoppolo en el Supe Bowl.
Los Chiefs de Kansas City quieren volver a ser máximos campeones tras medio siglo de nulos triunfos a costa de los 49ers de San Francisco que quieren su sexto título, algo que les empataría con los Steelers de Pittsburgh y los Patriots de New England.
El césped de Miami será la sede del gran juego este domingo (16.30 hora local, 17.30 hora de México y 0.30 hora peninsular).
Si un nombre ajeno retumbó la semana previa al Super Bowl fue el de Tom Brdy. El quarterback más exitoso en todo el fútbol americano dejó en la sombra, durante cuatro temporadas, a Jimmy Garoppolo. En 2014, los New England Patriors ficharon a una promesa universitaria de Illinois.
Era, según la dirigencia, un prospecto para suplir a Brady en tiempos de zozobra. Y así ocurrió. En 2016 tuvo que iniciar como titular tras la suspensión a Brady por el caso de los balones desinflados.
Con los Patriots y como jugador secundario ganó dos Super Bowl, sin jugarlos. “Podías verlo [a Tom Brady], su lenguaje no verbal, la manera en la que se prepara lo hace para llegar con confianza el domingo.
Estoy tratando de hacer lo mismo”, dijo Garoppolo en alusión a su mentor. Garroppolo salió del equipo y firmó uno de los grandes contratos millonarios de la NFL: cinco años por 137,5 millones de dólares para jugar en San Francisco.
Una lesión en los ligamentos destrozó sus planes para ganarse su lugar. “Hace un año estaba aprendiendo a correr de nuevo, es una locura”, dijo Jimmy G, como le apodan. Con el número 10 en la espalda, busca su propia gloria.
El fulgurante Patrick Mahomes sufre de un éxito precoz. Y en realidad es el Mahomes II de la familia, porque su padre fue un jugador de béisbol profesional. El deporte de alto rendimiento le formó y le ofreció dos alternativas en la universidad: jugar béisbol en Detroit o fútbol americano en Texas. Ya con las protecciones bien ceñidas empezó a alertar a los reclutadores. “Tiene un gran brazo y es ágil.
Enloquecerá a su entrenador los primeros años. Se convertirá en un quarterback especial”, se lee en los registros de los visores de la NFL. En Kansas City, ante las desoladas temporadas, le buscaron con desesperación hasta que le ficharon. Y las premociones sobre su éxito fueron ciertas. En el primer año de Mahomes II en la NFL fue suplente en un Kansas City desesperado.
La franquicia apostó por él en 2018 y, en su primer año como titular, ganó el premio a jugador más valioso. Llevó a los Chiefs a la antesala del Super Bowl, pero Toma Brady y los Patriots frustraron lo que hubiese sido una temporada descomunal.
Este año, pese a algunas molestias en sus rodillas, Patrick Mahomes ha alcanzado su primer Super Bowl. Para el jugador el éxito de Kansas no es por el mariscal de campo, sino por “estar en la organización correcta con los entrenadores y compañeros correctos”.
Las curiosidades enarbolan el gran juego de 2020. Kansas City ha jugado solo dos veces el Super Bowl, la última vez fue hace más de 50 años. Y a partir de ahí la franquicia ha vivido en el exilio de la gloria.
En San Francisco las vitrinas están pobladas, pero un tanto empolvadas. En la década de los ochenta y parte de los noventa fueron el equipo ideal de toda la NFL al ganar cinco campeonatos, cuatro de ellos conseguidos por el legendario quarerback Joe Montana.
Y, quizá en una de las grandes coincidencias, Montana se retiró como jugador en Kansas City porque los 49ers habían contratado a quien, suponían, sería su heredero.