México.- Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó que su gobierno haya presentado alguna denuncia en contra de su antecesor, Enrique Peña Nieto.
Aun cuando volvió a reiterar su hipótesis de que «los grandes y jugosos negocios en México no se hacían sin que el presidente en turno estuviera enterado», el primer mandatario del país sostuvo que no tiene pruebas para culpar a Peña Nieto de delitos de corrupción, tales como los que pesan en contra de quien fuera su director de Pemex, Emilio Lozoya en la pasada administración federal y en contra de quien sí existen acusaciones formales por delitos de lavado de dinero, cohecho, y defraudación fiscal derivados presuntamente de la compra de una planta «chatarra de fertilizantes» durante su gestión como servidor público.
El Ejecutivo federal estimó que Emilio Lozoya, detenido en España desde hace unos días en una de las zonas más exclusivas de Málaga, seguramente «tuvo un muy buen padrino» para hacer lo que presuntamente hizo.
En seguida, el presidente de México sostuvo que es responsabilidad de la Fiscalía General de la República esclarecer o investigar si Peña Nieto incurrió o no en conductas indebidas.
Además, dijo que hay que tener presente que la constitución no ha sido modificada aún para llevar a juicio a los presidentes en turno como a cualquier ciudadano.