El flagelo de una pandemia que desapareció “El tianguis de la PRI”
La explanada de cemento resguardada por varios domos de aluminio, se convirtieron en testigos silenciosos de la nula actividad que ocurrió la mañana de hoy, en lo que es conocido en Parral como el “tianguis de la PRI”.
Dos puestos de madera cerrados, es lo único que plasmaba la imagen de un lugar que cada fin de semana se encuentra repleto de cientos de personas, algunos en la búsqueda de un artículo y otros en la lucha de obtener el ingreso para llevar a su hogar.
A mitad de la explanada, donde peculiarmente se ubicaban puestos de comida, caminaba un padre de familia junto a sus tres pequeños hijos. Cada uno, portaba en su rostro un cubrebocas y observaban los espacios con un ceño de asombro.
La familia pareciera que buscaba algo y lo confirmaron al comentar el padre a sus hijos “vámonos, no hay nadie”, retirándose y perdiéndose entre las desquebrajadas calles de la PRI, mientras giraban de un lado a otro, aun buscando aquello que no encontraron.
A lo lejos, tres personas se encontraban sentadas en la fría placa de cemento, entre si, charlaban sobre el tema que ha retumbando en cada rincón del mundo y tiene en cuarentena a la humanidad, el COVID-19.
“¿Será que esto jamás va terminar?” cuestionó el que aparentaba mayor edad de los tres al momento en que limpiaba con una vieja franela sus lentes y sin recibir respuesta, volvió a colocarlos en su rostro.
Hoy, el reflejo del perjuicio de una pandemia mundial obligó a frenar la actividad comercial de cientos de trabajadores informales de Parral, quienes desde sus hogares, se encuentran temerosos de cuánto tiempo tendrá que transcurrir para volver a su actividad.
El aroma a comida recién hecha y las usuales palabras “que le ofrezco” fueron reemplazadas por la fragancia y el silencio del abandono ocasionado por el COVID-19. Lo que hace siete días fuera “El Tianguis de la PRI” fue reducido a un espacio inerte.